Un regreso victorioso del francés
Romain Bardet ha vuelto a levantar los brazos en el Tour de Francia tras siete años, adjudicándose la primera etapa de la Grande Boucle en un impresionante ataque a 50 kilómetros de la meta. La salida desde Florencia no tuvo la magnitud de Bilbao o Copenhague, pero el escenario fue inigualable, destacando por su belleza europea.
El regreso de Jonas Vingegaard también dejó una imagen emotiva. Tras su dura caída en la Itzulia, el defensor del título se mostró conmovido al volver a competir. “Volver a competir es realmente muy emotivo para mí”, declaró entre lágrimas.
Un inicio intenso
El comienzo de esta primera etapa fue intenso, con el pelotón cobrando víctimas tempranas entre los sprinters en la primera cota. Ciclistas como Lazkano, Van der Poel y Pedersen lucharon contra el calor abrasador de 37 grados, intentando mantenerse frescos de cualquier forma posible.
El tramo final de la etapa, compuesto por las ascensiones a Barbotto, San Leo, Montemaggio y San Marino, prometía ser decisivo. El equipo UAE realizó la primera selección del Tour, con Sivakov, Yates y Ayuso marcando el ritmo. Sin embargo, el esperado enfrentamiento directo con Vingegaard no se materializó.
El ataque de Bardet
Aprovechando un momento de calma en el pelotón, Bardet lanzó un ataque fulminante en San Leo. Junto a su compañero Frank Van den Broek, se posicionaron en la cabeza de carrera, acompañados por Madouas y Abrahamsen, quienes resistían desde la fuga inicial.
Healy, otro de los debutantes destacados en este Tour, intentó seguir el ritmo de Bardet, pero la dupla del DSM ya había tomado una ventaja considerable. Con 1:40 minutos de diferencia sobre el pelotón al coronar San Marino, Bardet y Van den Broek se lanzaron con todo hacia la meta.