Luego de volver a las pantallas, el programa llegó con algunas novedades que resultaron muy polémicas
Para sorpresa de muchos, Pesadilla en la cocina ha vuelto a la televisión y lo hacen con algunas novedades que quizás no sabíamos, cómo el dinero que tienen que pagar los restaurantes que incumplen alguna de sus cláusulas. Esto sin duda, ha generado mucha polémica entre los espectadores del programa.
Cabe recordar que Alberto Chicote recorre los peores restaurantes para darles las llaves del éxito, un lavado de cara al local, un buen menú y un ejemplo de cómo se debe trabajar tienen su precio. La audiencia solo ve lo que el programa quiere, que busca las escenas más comprometidas. Algo que ha dado de qué hablar en Pesadilla en la cocina, son sus cláusulas.
Manipulación para crear situaciones no reales son las denuncias más conocidas
Chicote ha cambiado la vida de muchos restauradores. Esta especie de ayuda que utiliza el chef llega directamente con su equipo y lo hace de tal forma que consigue que parezca otro. Para conseguir esta ayuda, el restaurador debe estar de acuerdo con las condiciones del programa Pesadilla en la cocina.
Leña y Carbón es uno de los restaurantes que ha afirmado que los responsables del programa manipulan y crean situaciones que no son reales. El hecho de que sepan cuándo van a llegar los responsables, hace que se limpie la cocina o se prepare para mostrar por la televisión la mejor cara del local.
El dinero que tienen que pagar los restaurantes de Pesadilla en la cocina si incumplen sus cláusulas
Aunque este hecho no es el que se busca. Se intenta en todo momento mostrar la suciedad que puede estar presente, exagerando un poco o no permitiendo que se cuente con los recursos necesarios, según este restaurador que ha incendiado las redes sociales con sus comentarios sobre un espacio en el que decidió participar.
La productora penalizará con 24.000 euros a aquellos que incumplan las cláusulas que tiene el programa fijadas. La audiencia manda, pero también un formato que triunfa cada semana. El país quiere conocer cómo son por dentro los restaurantes sin retoques. El hecho de que sepan el día que llegará Chicote no debe cambiar nada.
