La crudeza de la crisis económica se ha cebado con España y no ha excluido a nadie. La noticia más chocante a este respecto ha sido el descubrimiento de Oumar Diaby, portero del filial del Racing de Santander que entrena a menudo con el primer equipo, que se ha visto obligado a vivir en un colchón de una habitación sin calefacción en la ciudad deportiva racinguista.
Los 450 euros mensuales, además de comida y casa que le prometió el Racing que iba a recibir se esfumaron en el mes de agosto, por lo que el portero ha tenido que apoyarse en sus compañeros y su novia para sobrevivir. El presidente del Racing de Santander no se ha querido reunir con él, mientras, se permite la licencia de insultar a sus futbolistas. Todo un ejemplo de dirigente y de persona.