Arranque pasivo marcaba las pretensiones económicas en el inicio de la serie
La reputación de The Walking Dead no requiere presentación, todas sus temporadas han logrado captar la atención de cientos de usuarios que ven en su trama de supervivencia un producto único e irrepetible. Pero, como en toda producción, sus comienzos no fueron color de rosa, las constantes incertidumbres de sus actores marcaron el inicio de la serie.
Siendo The Walking Dead una de las producciones más famosas de todo el mundo, tal parece en consecuencia de su pálido arranque sus artistas no tuvieron un gran comienzo y posteriores esperanzas a lo que podría representar económicamente la serie.
Michael Rooker, quien hizo parte de las primeras entregas de la serie confirmó a través de un programa que efectivamente, en el inicio de esta, los sueldos no eran muy llamativos para todo el panel actoral de la época y, no es que no tuviesen por qué hacerlo, sino que evidentemente hay que esperar por la aceptación del proyecto.
Rooker confirmó: “La serie se hace popular y empezaron a pagar a la gente después de eso pero no los culpo, ¿por qué querría pagar mucho dinero por un programa que no está probado? Si pudiera conseguir actores realmente buenos para hacer esto por menos dinero, adelante. Ese es el pensamiento de mi cerebro de productor“.
Así pensaba el actor que interpretaba a Merle Dixon, que dentro de las respuestas en la nota indicaba que no había podido alcanzar a percibir las altas sumas de dinero que se ganan los artistas hoy en día, debido a que su personaje es aniquilado en las primeras entregas de la serie.