Los cardenales debaten el futuro del pontífice ante su estado de salud
El Vaticano es el epicentro de una creciente especulación sobre el futuro del Papa Francisco, quien lleva una semana hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma a causa de una neumonía bilateral. Aunque su evolución médica ha sido positiva, dentro de la Iglesia se ha abierto un debate sobre su capacidad para continuar al frente del papado, con algunos cardenales considerando la posibilidad de su renuncia.
Francisco ya ha abordado la opción de dimitir
El propio pontífice ha reconocido en varias ocasiones que, si su estado de salud le impide ejercer su función con normalidad, estaría dispuesto a seguir el ejemplo de Benedicto XVI y renunciar. Sin embargo, ha advertido que este tipo de decisiones no deberían convertirse en una práctica habitual dentro de la Iglesia.
Mientras continúa su recuperación, Francisco sigue firmando documentos y atendiendo cuestiones urgentes, pero el cardenal Gianfranco Ravasi ha sido el primero en plantear abiertamente la posibilidad de una dimisión. Según Ravasi, la renuncia solo sería viable si el Papa encontrara serias dificultades para comunicarse o liderar la Iglesia de manera efectiva.
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Opiniones divididas en el seno de la Iglesia
Las palabras de Ravasi han generado diversas posturas dentro del Colegio Cardenalicio. Mientras figuras como Jean-Claude Hollerich insisten en que la decisión final recae únicamente en Francisco y que no es apropiado alimentar rumores sin fundamento, otros, como el cardenal Giovanni Battista Re, han descartado rotundamente cualquier posibilidad de dimisión, asegurando que la recuperación del Papa progresa de manera favorable.
Por su parte, Francisco ha tratado de restar importancia a las especulaciones. Según reportes del Corriere della Sera, en una conversación con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, bromeó sobre el tema diciendo: “Sé que algunos dicen que ha llegado mi hora, ¡me están echando el mal de ojo!”
Por ahora, el Vaticano mantiene la calma, pero la salud del Papa sigue siendo un tema de interés global. La incertidumbre sobre su futuro podría resolverse en las próximas semanas, dependiendo de su evolución y de los pasos que decida dar en un momento clave para la Iglesia Católica.