La reina Sofía preside uno de los actos más emblemáticos de la Semana Santa malagueña
Durante el tradicional desembarco de la Legión en el Puerto de Málaga, la reina Sofía ha asumido el papel principal, un evento que marca uno de los momentos más esperados de la Semana Santa en la ciudad. Este acto se centra en el traslado del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, perteneciente a la Cofradía de Mena, hacia su casa hermandad.
A pesar de las adversidades climáticas, una multitud de personas se congregó para presenciar la llegada del Tercio Don Juan de Austria de la Legión, que desembarcó del buque ‘Contramaestre Casado’ de la Armada Española. Entre cánticos del himno ‘El novio de la muerte’ y aplausos, la presencia de doña Sofía, acompañada por su hermana Irene de Grecia y diversas autoridades, añadió un brillo especial a la jornada.
El emocionante traslado del Cristo de Mena
La revisión de las tropas por parte de la reina emérita simbolizó el profundo respeto y vínculo entre la Legión y la sociedad malagueña. El evento continuó con el traslado del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, una ceremonia que se desarrolló sin contratiempos gracias a la mejoría del tiempo.
La Legión, a paso ligero, se dirigió hacia la plaza Fray Alonso de Santo Tomás, culminando con el solemne acto de colocación de la imagen en su trono. El canto de ‘El novio de la muerte’ por la escuadra de gastadores, en un momento de alta emoción, reafirmó la solemnidad y el espíritu de la tradición.
Una jornada marcada por la presencia de ilustres visitantes
La presencia de la reina Sofía en el traslado del Cristo de Mena no solo marca su primera participación en este acto, sino que también simboliza un fuerte apoyo a las tradiciones y la cultura de Semana Santa en España. La asistencia de personalidades como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, y el reconocido actor Antonio Banderas, junto a la conversación entre Banderas y la reina, subrayó la importancia y el atractivo del evento.
Esta es la primera ocasión en la que doña Sofía asiste al traslado del Cristo de Mena, añadiendo un capítulo memorable a la historia de la Semana Santa malagueña. La reina, que habitualmente pasa estas fechas en Palma de Mallorca, decidió este año experimentar de primera mano la pasión y devoción de Málaga, demostrando así su cercanía y aprecio por las festividades religiosas y culturales del país.