Putin exige el desarme ucranio antes de un alto el fuego, generando tensiones con la UE y Ucrania
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha vuelto a desafiar a la Unión Europea al visitar Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin. Esta visita, la primera de un líder europeo desde el inicio de la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania, ha generado un fuerte rechazo en el seno de la UE.
Orbán, quien recientemente asumió la presidencia rotatoria semestral del Consejo de la UE, ha sido advertido por la UE de que no tiene mandato para negociar en nombre de la Unión. La visita se produce después de un viaje a Kiev donde solicitó al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que declarase un alto el fuego. La Unión Europea ha censurado rotundamente cualquier intento de negociar sobre Ucrania sin la participación de Kiev.
Orbán y Putin discuten condiciones para la paz
En el Kremlin, Putin insistió en su propuesta de paz, que exige la retirada de las tropas ucranianas de las zonas ocupadas por Rusia como condición para un alto el fuego. Esta demanda de desarme y cesión de territorios es vista por muchos como una capitulación inaceptable para Ucrania. El líder ruso también expresó su disposición a discutir “los matices” de esta propuesta con Orbán.
El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, criticó la reunión, subrayando que no fue coordinada con el gobierno ucraniano. Kuleba instó a otros países a no negociar sobre Ucrania sin su participación. El descontento ucraniano refleja la tensión que genera cualquier intento de negociación unilateral.
Reacciones y consecuencias en la UE
La visita de Orbán a Moscú ha agravado las ya tensas relaciones entre Hungría y la UE. La Comisión Europea ha advertido que este viaje podría poner en riesgo el planificado viaje a Budapest del colegio de comisarios. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha rechazado la visita, afirmando que solo la unidad y la determinación pueden llevar a una paz justa y duradera en Ucrania.
Varios líderes europeos, incluyendo al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, intentaron contactar a Orbán sin éxito tras conocerse la noticia del viaje. La falta de comunicación con otros líderes de la UE añade una capa de controversia a la visita. Líderes como el primer ministro polaco, Donald Tusk, y el canciller alemán, Olaf Scholz, han expresado su desaprobación. Kaja Kallas, futura jefa de la diplomacia europea, criticó a Orbán por aprovechar su presidencia de la UE para generar confusión.