Rosa y Manu optan por la prudencia y dejan el desenlace del millonario bote para la próxima emisión
La última entrega de Pasapalabra ha dejado a los espectadores al borde de sus asientos. El bote, que ya alcanza los 1.336.000 euros, sigue sin dueño, después de que Rosa y Manu decidieran no arriesgar en el tramo final de El Rosco. En un duelo marcado por la estrategia, ambos concursantes optaron por conservar sus aciertos y evitar errores que los llevaran a la temida Silla Azul.
Rosa, con 22 respuestas correctas, meditó su siguiente jugada antes de tomar una decisión crucial. “No sé si es mejor arriesgar o quedarme como estoy”, confesó con evidente nerviosismo, decantándose finalmente por la cautela. Manu, con la misma cantidad de aciertos, también prefirió no jugarse el todo por el todo, dejando el marcador en empate y trasladando la emoción al siguiente programa.

Un duelo marcado por la estrategia y la incertidumbre
Desde el inicio de la prueba, ambos concursantes demostraron su conocimiento y rapidez. Manu, con 145 segundos acumulados, comenzó respondiendo con solvencia, mientras que Rosa, con 127 segundos, tuvo un arranque prometedor pero mostró dudas en varias letras clave.
Tras una primera vuelta equilibrada, el madrileño alcanzó los 20 aciertos, mientras que la gallega se quedó en 19. En la recta final, las dudas pesaron más que la intuición, y la prudencia se impuso en la decisión de ambos, manteniendo el bote sin ganador y aumentando la expectación entre los seguidores del concurso.
Expectativa máxima para el próximo programa
La estrategia de Rosa y Manu ha dejado todo en el aire. El bote sigue intacto, y el próximo enfrentamiento podría ser definitivo. Con la tensión en aumento y la audiencia expectante, el desenlace de este duelo se perfila como uno de los momentos más esperados de la temporada.
El resultado final está por definirse, pero una cosa es segura: la emoción seguirá siendo la gran protagonista en Pasapalabra. Cada letra, cada pregunta y cada decisión de los concursantes mantendrán a los espectadores al borde de sus asientos, ansiosos por descubrir quién se alzará con el ansiado bote.