Starmer será nuevo primer ministro laborista 14 años después
El Partido Laborista británico ha conseguido una victoria histórica en las elecciones parlamentarias, asegurando una mayoría decisiva en la Cámara de los Comunes. Con 410 de los 650 escaños en su poder, el partido liderado por Keir Starmer se prepara para formar el próximo gobierno, marcando un cambio significativo en el panorama político del Reino Unido.
Keir Starmer, el nuevo primer ministro
Los resultados oficiales confirmaron que el Partido Laborista alcanzó 326 escaños a las 5 de la madrugada del viernes, suficiente para garantizar una mayoría absoluta. Este logro convierte a Keir Starmer, un líder de centro-izquierda, en el próximo primer ministro del Reino Unido. Starmer, en un discurso lleno de optimismo desde su circunscripción en el norte de Londres, declaró: “Esta noche, la gente de aquí y de todo el país ha hablado y está preparada para el cambio. Han votado. Ahora es el momento de que cumplamos”.
El contexto en el que Starmer asume el poder no es fácil. El electorado, cansado y deseoso de cambios, enfrenta un escenario de malestar económico, desconfianza creciente en las instituciones y un tejido social debilitado. Estos desafíos ponen a prueba la capacidad de los laboristas para implementar su agenda de reformas y restaurar la confianza pública.
La caída de los conservadores y el ascenso de nuevas fuerzas
El primer ministro saliente, Rishi Sunak, ha reconocido la derrota del Partido Conservador. Los conservadores, que gobernaron durante los últimos 14 años, ahora se enfrentan a una crisis interna. La derrota ha sido descrita como histórica, sumiendo al partido en el caos y probablemente desencadenando una contienda para sustituir a Sunak como líder.
Mientras se contaban millones de papeletas en todo el país, los conservadores se encontraban asimilando la magnitud de su derrota. James Erskine, un votante de Londres, expresó su optimismo por el cambio: “Simplemente veo esto como el potencial para un cambio sísmico, y eso es lo que espero”.
La victoria laborista contrasta con la reciente tendencia hacia la derecha en Europa, donde partidos de corte populista han ganado terreno en países como Francia e Italia. En el Reino Unido, sin embargo, figuras como Nigel Farage, líder de Reform UK, han capitalizado el sentimiento antiinmigrante, erosionando el apoyo conservador. Farage consiguió finalmente un escaño en el Parlamento en su octavo intento, representando a Clacton-on-Sea.
La votación se llevó a cabo de manera tradicional, con papeletas marcadas a mano. Los británicos, agotados por años de turbulencia política y económica, han mostrado su descontento en las urnas. La salida de la Unión Europea, la pandemia de covid-19, y la invasión rusa a Ucrania han afectado gravemente la economía. Además, los escándalos del gobierno de Boris Johnson, incluyendo las fiestas durante el confinamiento, provocaron una indignación generalizada.