La complicada relación de Jaime de Marichalar con la Corona
Sin duda, Jaime de Marichalar ha sido una figura que ha generado controversia dentro de la Familia Real. Tras su divorcio con la Infanta Elena, muchos se preguntaron por qué no recibió una pensión, a diferencia de Iñaki Urdangarin tras su separación de la Infanta Cristina. La respuesta podría estar en las tensiones que Marichalar generó dentro de la Casa Real.
El exduque de Lugo no era precisamente el yerno favorito del Rey Juan Carlos. Su estilo, considerado por muchos como extravagante, y su actitud tras sufrir un ictus, lo marginaron aún más. Pero el verdadero conflicto surgió con el tema del divorcio. Marichalar tocó el tema más delicado para cualquier monarquía: la custodia de los herederos.
Las consecuencias del desafío de Marichalar
La propuesta de Marichalar no solo fue rechazada, sino que también tuvo graves consecuencias para él. A diferencia de Urdangarin, quien esperó a que sus hijos fueran mayores de edad para divorciarse, Marichalar enfrentó la situación cuando sus hijos eran aún pequeños. La Zarzuela, al parecer, ejerció presiones para que renunciara a lo que le correspondía, y como resultado, no recibió un euro de pensión.
Además, se permitió que se filtrara a la prensa una acusación grave: el supuesto “consumo ocasional de cocaína” por parte de Marichalar. Todos los yernos y la nuera de la Familia Real, incluidos Marichalar, Urdangarin y Letizia, tuvieron que firmar acuerdos matrimoniales en los que renunciaban a la custodia de sus hijos.
El delicado equilibrio entre la Corona y sus yernos
Aunque esta cláusula podría considerarse abusiva y contraria al Derecho civil, Marichalar fue el único que intentó desafiarla, lo que resultó en su caída en desgracia. Urdangarin, por otro lado, ha logrado mantener una relación más amigable con la Corona, a pesar de sus propios escándalos.
En resumen, Jaime de Marichalar ha mantenido, sin duda, una de las relaciones más polémicas y tensas con la Familia Real en la historia reciente de la monarquía española. Su desafío a la Zarzuela y su posterior caída en desgracia son un claro ejemplo de las delicadas dinámicas que existen dentro de la Casa Real.