El rey emérito intenta reconducir a su nieto en Abu Dabi pero la situación no mejora llevando a su abuelo al límite de su paciencia
Juan Carlos I lleva tiempo intentando enderezar el rumbo de su nieto Froilán, pero parece que sus esfuerzos no han dado resultado. A pesar de haberle proporcionado una lujosa vivienda y un trabajo en una importante petrolera en Abu Dabi, Froilán no muestra signos de cambio. Sus continuos escándalos y actitudes irresponsables han llevado al rey emérito al límite de su paciencia.
La intención de la infanta Elena al enviar a Froilán a Abu Dabi junto a Juan Carlos I era alejarlo del foco mediático y ayudarlo a madurar. Sin embargo, el joven no ha conseguido adaptarse a su nueva vida en los Emiratos Árabes Unidos. A pesar de ganar 6.000 euros mensuales, Froilán sigue dando de qué hablar, y sus acciones siguen generando preocupación en la Casa Real.
Juan Carlos I intenta ayudar a Froilán en su estancia en Abu Dabi
Fuentes cercanas al rey emérito aseguran que sus escoltas le han informado de la conducta de Froilán en Abu Dabi. Juan Carlos I ha intentado ayudar a su nieto, pero sus esfuerzos no han dado frutos. El abuelo ya no sabe qué hacer con el joven, y su paciencia se agota por minutos. Por supuesto, esto no significa que la infanta Elena haya decidido permitir el regreso de su hijo a Madrid.
A pesar de las llamadas del joven pidiendo volver a España, su madre cree que la soledad y el alejamiento del foco mediático le vendrán bien para madurar y aprender a priorizar en la vida. De esta forma, han reforzado su seguridad con la ayuda de dos personas procedentes de grupos de escoltas provinciales de la Policía Nacional o de la Guardia Civil los cuales vigilan a Froilán por turnos.
Las malas compañías de Froilán en Abu Dabi
El historial de polémicas de Froilán parece no tener fin. A lo largo de los años, el joven ha protagonizado numerosos escándalos que han afectado la imagen de la familia real, lo cua lh llevado a la decisión de su familia de enviarlo lejos de España. Ahora, con casi 25 años, Froilán sigue comportándose como un adolescente y no muestra interés en estudiar o trabajar.
En Abu Dabi, Froilán ha conseguido hacer nuevas amistades, pero no parece que sean las más adecuadas, siguiendo de nuevo la misma técnica que mantenía en España. Sus nuevos amigos parecen alimentar su lado más oscuro, y esto ha generado aún más preocupación en la familia, los cuales ya no saben qué hacer para frenar el descontrol del joven de la Casa Real.