El programa de Alberto Chicote siembra la duda con unos aspectos inverosímiles
Pesadilla en la Cocina es todo un referente dentro de la televisión gracias a las innumerables entregas que lleva en emisión. Un programa que tiene a Alberto Chicote como presentador y ojo avizor en restaurantes. Un papel con el que también tiene como misión reflotar esos negocios con sus recomendaciones. Un programa en el que el chef se deja llevar por la impotencia y emplea un lenguaje inapropiado, pero que muchos seguidores vuelven a disfrutar con las repeticiones.
En muchas ocasiones, los seguidores han llamado la atención a Alberto Chicote por protagonizar momentos impropios de uno de los programas más vistos de la televisión. Situaciones en las que el chef veía impotente errores garrafales en los restaurantes y estallaba hablando sin tapujos hacia todos los empleados. Por ello, Pesadilla en la Cocina ha recibido multitud de críticas para corregir ese aspecto.
Bien es cierto que hay momentos en los que es normal la actitud de Alberto Chicote. Más aún cuando comprueba en primera persona como le intentan chulear los empleados, subestimando las indicaciones que él realiza durante las emisiones de Pesadilla en la Cocina.
Momentos en los que Alberto Chicote descubre realidades que difieren de lo que publicitan los restaurantes, como comida casera que al final le terminan admitiendo que es un producto de lata, por ejemplo. Por ello, Pesadilla en la Cocina siempre termina dejando huella en cada uno de los restaurantes por los que pasa.
Aunque Pesadilla en la Cocina también tiene sus sospechas entre los seguidores. Una incredulidad que reflejan, sobre todo, en la imposibilidad para conseguir cambiar un negocio de la noche a la mañana con unas simples medidas. Un asunto que genera algo de suspicacias entre los espectadores, señalando una vez más la posibilidad de montaje respecto a la futura realidad del negocio.