Los concursantes aprovecharon los días antes del concurso para entrar al quirófano
Supevivientes sigue amenizándonos los días de encierro colectivo. Y es que sus concursantes, a pesar de haber sido avisados de la pandemia que asola el planeta, decidieron seguir su aventura en los Cayos Cochinos. Todo esto para sorpresa y alegría de sus fans, ya que como hemos podido ver muchos han sido los programas cancelados al tener que parar su grabación. Pero la aventura sigue, y las disputas y las polémicas están servidas en esta cuarentena.
Una de las que más está viendo su concurso rentabilizado, es Rocío Flores. Y es que la joven siempre está en el ojo del huracán por sus continuas idas y venidas con sus compañeros. Aunque también se puede decir que a veces la suerte en Supervivientes no está de su lado. La joven tuvo un pequeño percance con uno de sus pendientes que la hizo estar toda una noche sufriendo. Esto hizo que a la mañana siguiente sus ánimos no mejoraran y fuera un día complicado para ella.
Pero si hay un protagonista indiscutible de esta edición, ese es Hugo Sierra. Y es que su sorprendente idilio con Ivana ha hecho que estén en boca de todos, y no es para menos. Muchos los critican por forzar esa relación por esa sed de venganza hacia sus ex parejas, Adara y Gianmarco.
En este caso el uruguayo no ha sido noticia por algún apasionado encuentro con su nueva conquista, sino que han sido sus retoques estéticos los que se han llevado todo el protagonismo. Y es que Hugo aseguro que antes de entrar a la academia, y para evitar los estragos de la dura vida en la isla, se inyectó bótox en la cara.
Y es que Supervivientes no es que siente muy bien a nadie en cuanto al físico se refiere. Así que el concursante quiso curarse en salud haciéndose algunos retoques estéticos que, al menos, hicieran que su rostro no se viera tan desmejorado.
