Las críticas contra el pontífice se multiplican en los pasillos de la Santa Sede
La Iglesia de Roma se encuentra en constante reflexión. Su futuro es del todo incierto, pues las nuevas generaciones de fieles cada vez son más escasas. La muerte de Benedicto XVI ya provocó oleadas de comentarios en El Vaticano, y es que la posición del Papa Francisco genera división de opiniones por los pasillos.
Se supo, poco después de la muerte del ex pontífice, que Benedicto XVI y el Papa Francisco no se podían ni ver. La razón fue filtrada por su secretario privado, el obispo Georg Gänswein. El haber limitado la celebración de la misa en latín, rehabilitada en 2007 precisamente Benedicto XVI, es el foco del conflicto. O al menos uno de ellos.
El sector más conservador prefería a Benedicto XVI
Aunque nadie le preguntó de forma clara, el pontífice respondió ante la prensa de forma bastante esclarecedora. “La muerte de Benedicto XVI ha sido instrumentalizada por gente que quiere llevar el agua a su molino“, se limitó a decir El Papa Francisco, disparando el runrún.
“La gente que instrumentaliza a una persona así de buena, a un Santo Padre de Dios… Esa gente no tiene ética: es gente de partido, no de iglesia”, añadió Francisco al hablar por primera vez de los enfrentamientos internos y los ataques de los sectores más conservadores de la Iglesia tras la muerte del venerado Benedicto XVI.
El Papa Francisco más moderno y abierto al siglo XXI
A nadie se le escapa que los métodos del Papa Francisco chocan con los sectores más conservadores de El Vaticano. El argentino ha sorprendido gratamente, incluso entre los laicos, como una persona liberal, progresista, de paz. Muchos consideran demasiado laxo su enfoque doctrinal.
De hecho, uno de los que supuestamente colaboraban con el Papa, el cardenal australiano George Pell, dejó antes de morir hace unas semanas, una nota anónima en la que atacaba duramente al jefe de la Iglesia católica. Un periodista italiano confirmó que se trataba de Pell. El australiano, que contribuyó notablemente a poner orden en las finanzas del Vaticano, sostenía que el pontificado “era un desastre en muchos aspectos” y que la reconocida capacidad diplomática de la Santa Sede registraba “graves fracasos”, además de haber salido debilitada por la guerra en Ucrania. Una joyita…