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Francia ante la elección definitiva con la extrema derecha cerca de la mayoría

La extrema derecha podría obtener la mayoría en la Asamblea Nacional

Siete días para decidir el destino político de un país. Ganador de la primera vuelta de las elecciones con el 33,15% de los votos, la extrema derecha está por primera vez en posición de alcanzar una mayoría en la Asamblea Nacional que le daría la llave para dirigir el próximo gobierno francés. El partido que preside Jordan Bardella –que aspira al puesto de primer ministro en caso de mayoría absoluta– ha conseguido prácticamente el doble de votos que en 2022 (18,7%). Una ventaja clara sobre el bloque de partidos de izquierda (27,99%) y la coalición centrista de Emmanuel Macron (20,83%).

Conscientes de lo que está en juego, los ciudadanos se han movilizado en cifras que no se habían alcanzado desde hace décadas, con una participación que se estima en torno al 68%. Esa fuerte movilización ha hecho que más candidatos consigan el porcentaje de votos necesario para alcanzar la segunda vuelta (12,5%) y han abierto la posibilidad de que en 300 circunscripciones (de un total de 577) se planteen duelos con tres candidatos para el voto decisivo del domingo 7 de julio.

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La postura oficial de los conservadores de Los Republicanos es no dar instrucciones de voto, dejando que los franceses decidan en conciencia.

Estrategias políticas y alianzas para la segunda vuelta

En todas esas circunscripciones en las que tres candidatos han conseguido los votos necesarios para acceder a la segunda vuelta, la retirada de uno de ellos puede decidir el escaño. De ahí que los institutos de sondeos aclaren que las proyecciones de escaños no son fiables, ya que están condicionadas por ese baile de candidaturas. En este contexto, la decisión de mantener o retirar los candidatos que han llegado terceros en esos territorios se plantea especialmente en los partidos de centro e izquierda; de forma que los votantes de la circunscripción que quieran bloquear la victoria de un miembro del partido de Marine Le Pen puedan unirse en el voto a un mismo candidato.

Desde que se conocieron los resultados las llamadas a crear un “frente republicano” contra la extrema derecha se han multiplicado, aunque no todos coinciden en los partidos que deberían formar parte. Macron ha sido uno de los primeros en evocar esta necesidad de coordinación, llamando a una “gran unión claramente democrática y republicana para la segunda vuelta en contra de Agrupación Nacional”, aunque sin precisar si los candidatos del ala izquierda del Nuevo Frente Popular estaban incluidos. Una declaración posterior del primer ministro, Gabriel Attal, comenzó a aclarar la postura.

El papel del bloque presidencial y la izquierda

Attal pidió la retirada de los candidatos de la coalición presidencial cuya presencia podría favorecer la elección de un diputado de Agrupación Nacional. En ese caso, deberían desistir en favor de un candidato de otro partido “que defienda los valores republicanos”. Más tarde, su equipo aclaró que esa disposición también incluye a los candidatos de Francia Insumisa (LFI), aunque se revisará el perfil de cada candidato insumiso para “verificar si es compatible con los valores republicanos del parlamentarismo, el universalismo y contra el antisemitismo”.

Durante la mayor parte de la campaña, Macron y sus aliados habían equiparado a “los dos extremos”, creando una equivalencia entre la Francia Insumisa (LFI) y Agrupación Nacional (AN). Pero el presidente comenzó a matizar el relato y a señalar directamente al partido de Le Pen como la verdadera amenaza. “He dicho en ocasiones que gente de extrema izquierda ha hecho comentarios sobre antisemitismo o violencia, que desapruebo, pero eso no significa que esté confundiendo [a AN] con el resto de formaciones políticas”, declaró Macron durante una reunión del Consejo Europeo en Bruselas.

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