España atraviesa un momento preocupante con el aumento de la entrada y consumo de cocaína, situándose como una de las principales puertas de acceso a Europa junto a Bélgica y Países Bajos
El incremento de la entrada y consumo de cocaína en España refleja un problema de salud pública que no deja de crecer. Europa está inundada por esta droga, y España ocupa un lugar destacado como puerta de acceso, junto con los puertos de Amberes y Róterdam. Esta situación ha llevado a que la cocaína se consolide como la segunda sustancia ilegal más consumida por los españoles, solo superada por el cannabis. La facilidad para acceder a esta droga y su aumento de pureza han generado un escenario preocupante para las autoridades, que luchan por contener el avance de este fenómeno que no distingue edades ni clases sociales.
Joan Ramón Villalbí Hereter, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, alertó que la sobreproducción en Colombia y Perú ha disparado la disponibilidad en Europa. Esta oferta masiva ha provocado que la cocaína sea más barata que en el pasado, lo que facilita su consumo entre los más jóvenes. En Bolivia, la producción se mantiene estable, pero los canales de distribución desde Sudamérica a Europa no han dejado de crecer. La presión sobre las fuerzas de seguridad españolas aumenta, especialmente en las zonas portuarias, donde se intensifican los controles para frenar la entrada de cargamentos cada vez más sofisticados.
El consumo de cocaína y cannabis preocupa pese a la estabilidad de las cifras
Aunque los datos de consumo de cocaína se mantienen estables, con un 2,5 % de la población que ha consumido en el último año, la preocupación no disminuye. La pureza de la droga ha alcanzado niveles récord y, junto con su menor precio, incrementa el riesgo de adicción. Variantes como el crack y la pasta base, más destructivas y adictivas, comienzan a aparecer en las principales ciudades europeas, lo que genera alarma entre los expertos. Aunque en España su consumo sigue siendo bajo, la amenaza de que se expanda preocupa a las autoridades sanitarias, que ya trabajan en medidas preventivas.
El cannabis sigue siendo la droga ilegal más consumida, con un 12,6 % de usuarios en el último año. Más preocupante resulta el crecimiento paulatino del consumo diario, que ha alcanzado un 2,5 %. Este hábito, especialmente entre los jóvenes, se ha normalizado pese a las advertencias sobre sus efectos a largo plazo. Otras sustancias como el éxtasis, la metanfetamina y la llamada “cocaína rosa” también están bajo vigilancia. Las fuerzas de seguridad han logrado reducir la percepción de disponibilidad de la mayoría de las drogas, excepto en el caso del cannabis, que sigue siendo fácil de conseguir en muchas zonas del país.
El alcohol y las apuestas siguen siendo retos persistentes para la sociedad española
Entre las sustancias legales, el alcohol continúa liderando el consumo con un 76,5 %, seguido del tabaco con un 36,8 %. Aunque el consumo diario de alcohol ha disminuido, especialmente entre los jóvenes donde apenas el 5 % bebe a diario, las autoridades no bajan la guardia. El fenómeno de los botellones sigue presente, aunque la participación se ha reducido del 16,7 % en 2022 al 14,7 % en 2024, gracias a las medidas aplicadas por las administraciones locales. Sin embargo, el consumo excesivo durante estos encuentros continúa siendo una preocupación.
La participación en juegos de apuestas, aunque ha registrado una leve bajada, sigue siendo elevada. Un 5,5 % de los encuestados ha apostado en línea y un 52,9 % lo ha hecho de forma presencial, con una participación notable de jóvenes en plataformas digitales. Lo más alarmante es que un 2 % de los jugadores gastaron más de 300 euros en su última sesión, lo que evidencia el riesgo de adicción. En 2022, cerca de 4.600 personas acudieron a tratamiento por adicciones comportamentales, siendo las apuestas la principal causa. Respecto a las sustancias, el alcohol encabezó las solicitudes de tratamiento con 28.000 casos, seguido de la cocaína con 25.000, el cannabis con 12.000 y la heroína con 8.000. La lucha contra estas adicciones sigue siendo un reto para las autoridades, que buscan frenar un fenómeno que afecta cada vez a más familias.
