El carisma de los protagonistas de la serie podría haber hecho que a los verdaderos personajes en la vida real se les viera como héroes
Durante todas sus temporadas, Narcos ha sido todo un éxito en audiencia. Y es que Netflix ha sabido tratar de manera magistral un tema que se consideraba tabú en muchos aspectos. Pero a raíz de ahí, las series que giran en torno al narcotráfico se pueden contar por miles, y la acogida de estas es un reflejo del atractivo de un mundo desconocido para muchos. Con la primera temporada basada en la vida de Pablo Escobar, pudimos comenzar a conocer un poco más de este mundo.
A esta le siguió la temporada 3 de Narcos, que con el capo del narcotráfico colombiano desaparecido tuvieron que dar un giro y enfocarlo en el nuevo cartel de Cali. Algo que si bien hizo que algunos fans de la serie decidieron abandonarla, no hizo que perdiera demasiados beneficios. Por lo que la decisión de Netflix era producir una nueva serie bajo el mismo nombre pero en un país completamente distinto. Así nació Narcos: México.
Esta siguió la estela de su predecesora, y volvió a enganchar a muchas personas incluso dentro del público estadounidense. Pero no todos son buenas palabras para esta producción de Netflix que comenzó siendo una crítica para el mundo del narcotráfico latinoamericano. Y es que son muchos los que acusan a sus guionistas de buscar que se empatice con los sicarios y capos de la droga.
Ocurrió con Pablo Escobar y al parecer también ha ocurrido con Félix Gallardo. Y es que desde los personajes interpretados por Wagner Moura y Diego Luna respectivamente, nos presentan a hombres colaborativos en sus casas, personas que se enamoran y que sufren sus pérdidas familiares como si tuvieran algún ápice de sentimiento y empatía por el prójimo.
Parte de la culpa también la tiene su reparto, que realiza su trabajo de manera sensacional y cercana. Pero esto ha reforzado las voces que afirman que se podría haber pasado de verlos como criminales a verlos como los héroes del negocio. Algo que sin duda es una percepción muy peligrosa sobre todo para las nuevas generaciones, que podrían ver en los protagonistas de Narcos modelos a seguir.