Los jóvenes españoles deben destinar casi todo su salario para alquilar una vivienda completa en muchas comunidades
En comunidades como Baleares, Canarias y Cataluña, el alquiler medio de una vivienda completa sobrepasa con creces el salario mensual de los jóvenes menores de 30 años. Según datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, el alquiler en solitario implica destinar el 92,1% del salario mediano de los jóvenes, superando ampliamente el 35% recomendado por el Banco de España. Esta realidad dificulta la emancipación y deja a muchos jóvenes sin alternativas.
La situación es especialmente grave en las zonas turísticas de alta demanda, donde el precio del alquiler en comunidades costeras supera incluso el salario íntegro de los jóvenes. En Baleares y Canarias, los jóvenes tendrían que gastar el 122,6% y el 121% de su sueldo, respectivamente, mientras que en Cataluña alcanza el 112%.
La demanda turística y la falta de vivienda pública agravan el problema del alquiler
La elevada demanda turística en lugares como Baleares y Canarias dificulta el acceso a viviendas de larga duración para los residentes locales, impulsando precios inalcanzables. En Barcelona, donde la demanda turística y laboral es elevada, los alquileres son especialmente altos. Incluso alquilar una habitación implica destinar el 42,4% del sueldo joven, muy por encima del límite recomendado.
El acceso a la vivienda en otras comunidades como Madrid, Valencia, Andalucía y el País Vasco también supera el 85% del salario de los jóvenes. Este panorama genera que los jóvenes retrasen su independencia, ya que los ingresos no compensan el aumento de los alquileres, que han subido un 77% en una década frente a un 33% en el aumento de ingresos. Esta brecha ha incrementado la desigualdad económica, favoreciendo a los propietarios con ingresos mucho más altos.
Concentración de viviendas en manos de grandes corporaciones y falta de vivienda pública
La crisis del alquiler en España está vinculada a la creciente concentración de propiedades en grandes corporaciones y fondos de inversión, lo que limita el acceso a la vivienda para los jóvenes. En Madrid, el 23,2% de las viviendas en alquiler pertenecen a empresas con más de 50 propiedades, y a nivel nacional, casi la mitad de las viviendas registradas en los últimos años están en manos de empresas. Esta tendencia afecta directamente a los jóvenes que buscan su primera vivienda.
Además, el parque de vivienda pública en España es muy bajo, representando solo el 1,1%, en comparación con otros países europeos donde el alquiler social tiene mayor presencia. Esta carencia de vivienda accesible profundiza la crisis y reduce las opciones de los jóvenes que desean emanciparse. La necesidad de soluciones estructurales en el mercado inmobiliario es cada vez más urgente.