Una nueva polémica rodea a Isabel Díaz Ayuso, pues el jardín vertical que sirvió para sus fotos de las elecciones de mayo ahora es un lugar abandonado y sin vida
El verde vibrante que una vez adornó el Parque Santander en Chamberí ha cedido su lugar a un marrón desolado. El icónico jardín vertical que sirvió para las fotos de Isabel Díaz Ayuso de cara a las elecciones de mayo prometía ser un refugio de frescor y vida. Sin embargo, varios meses después de esto, hoy refleja la paradoja de la naturaleza enfrentada a la adversidad urbana.
El auge y caída de un emblema
El jardín vertical, que fue motivo de asombro y orgullo, se extiende a lo largo de 90 metros, albergando un total de 6.600 plantas. Sin embargo, tras enfrentar el calor abrasador del verano madrileño, estas plantas no han podido resistir. La ironía yace en que este oasis se encuentra sobre el depósito del Canal de Isabel II, un reservorio que alberga medio millón de metros cúbicos de agua.
El jardín, sin embargo, no solo era un refugio vegetal. Servía de recordatorio del antiguo campo de golf que ocupaba el lugar, que fue declarado ilegal y reemplazado por esta maravilla botánica.
Politización del parque
La inauguración del Parque Santander, que abrió sus puertas una semana antes de las elecciones locales y regionales de Madrid, fue un punto de atracción política. Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad, aprovechó la oportunidad para realzar su imagen frente al electorado de Chamberí.
Ahora, la desolación que muestra el jardín contrasta con la cercana pradera y otros matorrales bien irrigados. Parece un símbolo de promesas hechas y no cumplidas.
Respuestas y acciones futuras
El Canal ha reconocido el impacto de las altas temperaturas sobre el jardín vertical. Como solución inmediata, han prometido sustituir las especies afectadas y mejorar el sistema de riego. No obstante, este incidente plantea interrogantes sobre la planificación y mantenimiento de tales estructuras en un clima como el de Madrid.
Inquietudes de la comunidad
El deterioro del jardín vertical no es el único problema que enfrenta el Parque Santander. Problemas de infraestructura, zonas deportivas inaccesibles y áreas no ejecutadas como se planeó originalmente han generado malestar entre los vecinos.
La sensación predominante es que las “prisas electorales” llevaron a decisiones apresuradas, cuyas consecuencias se manifiestan ahora. Los residentes lucharon durante años para tener un espacio verde en Chamberí. Aunque celebraron la apertura del parque, las imperfecciones emergentes y la falta de mantenimiento han opacado el entusiasmo inicial.
Una lucha vecinal que merece respeto
Es esencial recordar que el nuevo Parque Santander no es solo un espacio recreativo. Representa 17 años de lucha vecinal contra la construcción de un campo de golf. Los habitantes de Chamberí merecen un parque que refleje sus esfuerzos, un lugar donde puedan relajarse y disfrutar del aire libre.
El jardín vertical deshidratado debe servir como un recordatorio de la importancia de planificar, mantener y respetar los espacios públicos, especialmente aquellos que llevan el legado de una comunidad que nunca se rindió. El futuro del Parque Santander y su jardín vertical está por decidirse, pero la esperanza es que recupere su esplendor original y siga siendo motivo de orgullo para los madrileños.