Jugar como sea parece ser la única consigna de los directivos del club vasco
Ya va un tiempo considerable de para y confinamiento, que al parecer empieza a pasar factura en algunos visionarios en esto del fútbol. Propuestas como respetar la fecha pactada para jugarse la final de la Copa del Rey por parte del Athletic a puerta cerrada ha hecho reflexionar a los protagonistas, incluso de su mismo bando como en el caso de Iñigo Martínez. El juego ante la Real lo considera muy importante como para tener que jugarse sin público ha terminado señalando.
El buen defensor central ha respondido a los fuertes cruces de especulaciones que el ambiente mismo ha entregado. En su casa, lo ha dejado al tanto, diciendo que no es lo mismo, y que bajo ninguna circunstancia deberían primar valores aparte de lo que es la esencia misma del fútbol que es la gente.
Para los futbolistas como era de esperarse es una opción descartada. No van a ceder a los impulsos de unos pocos que buscan hacer caja ante la adversidad, y desvirtualizar la actividad propia con actos como estos. A todo esto Iñigo, uno de los mejores jugadores de LaLiga ha cerrado diciendo propiamente que espera con ansias que las cosas se resuelvan, porque la vida sin fútbol es a otro precio.
Iñigo deja caer su agradecimiento con el club
Son pocos los que pasan de un bando al otro sin dejar al menos una enseñanza. Iñigo Martínez es uno de los ejemplos más recientes y con agradecimiento se muestra ante una actualidad algo confusa. En el Athletic afirma estar a gusto, y pondera el hecho que ha significado su recibimiento y trato que le han dado desde el primer momento.
Desde el punto de vista cobijo no tiene nada por decir, y afirma estar enamorado de los colores y del club. Sobre el nivel de su rival y sobre el claro favoritismo que llevan ha aclarado que esto no es algo que le preocupe, su equipo es un equipo fuerte y muy convencido de sus capacidades, que basa a su vez todo en la lucha constante y en el juego físico.
A veces a los equipos con manejo se les complica mucho el hecho de tener que jugar sin espacios, y eso es justamente lo que ellos buscan practicar. No temen en lo absoluto y además le imprime un valor adicional, el hecho de contar con historia. Vaya manera de ponerle picante a la final, que hasta ahora no tiene ni fecha ni mucho menos condiciones mínimas para jugarse.