Las grandes potencias inicial escalada a lo loco para protegerse de la crisis sanitaria
El mundo se mueve por intereses económicos que no entran en la cabeza de un ciudadano de a pie. Cuando se produce una crisis global como la que está experimentando el planeta con el coronavirus, los dirigentes de las grandes potencias mueven hilos para buscar soluciones desoyendo a los expertos. Así, Estados Unidos y Alemania guardan cloroquina para buscar un remedio eficaz contra el coronavirus.
Se puede decir que en Estados Unidos se ha instalado ya el pánico. Con casi 11.000 casos de coronavirus y 163 muertes, el polémico presidente Donald Trump se ha presentado en conferencia de prensa frente a todo el país con la firme intención de transmitir buenas noticias desde la Casa Blanca.
“Hemos eliminado como nunca antes nadie el papeleo para poder desarrollar vacunas y tratamientos contra el COVID-19 lo más rápido posible”, afirmó. Se sacó de la manga, en su línea habitual, que se habia autorizado la utilización de tratamientos antivirales a base de cloroquina para combatir la enfermedad.
Algo que, casi de forma simultánea, negaba con rotundidad la Agencia Federal del Medicamento, que no daba crédito a las afirmaciones del líder americano. Pero no es el único, ya que Merkel, en Alemania, también trabaja en la sombra para lograr un remedio para sus paisanos.
Hay que recordar que la cloroquina es el principio activo que contienen los medicamentos que actualmente se utilizan para combatir la malaria, otro virus que no tiene mucho que ver con el coronavirus. Eso sí, las farmacéuticas que lo fabrican, se frotan las manos.
