La justicia desestima el recurso de E.C. y confirma su condena por amenazas laborales
El caso de E.C., quien inicialmente denunció haber sido víctima de agresión sexual y despido injustificado en Tecnocasa, ha tomado un giro definitivo tras la resolución de la Audiencia Provincial de Zaragoza. La mujer fue condenada a tres meses de multa y se le prohibió acercarse a 200 metros de su exjefe durante seis meses, tras ser declarada culpable de amenazarlo con una denuncia falsa. El fallo confirma que las acusaciones iniciales de agresión sexual fueron una estrategia de venganza laboral tras su despido.
El incidente comenzó en junio pasado, días después de una convención en Santander, cuando E.C. y su compañero M.G. fueron despedidos por su comportamiento en el evento. En represalia, E.C. amenazó a su exjefe, llegando a sugerir que lo acusaría de agresión sexual para dañar la imagen de Tecnocasa.
Un caso de falsas acusaciones y su impacto judicial
El caso ha puesto de manifiesto el uso indebido de recursos legales diseñados para proteger a víctimas reales de violencia. La denuncia de E.C., inicialmente presentada como un caso de sumisión química y agresión sexual, fue archivada tras concluirse que no había ocurrido tal agresión. La Fiscalía respaldó esta conclusión y apoyó la deducción de testimonio para investigar una posible denuncia falsa.
La sentencia subraya cómo las amenazas de E.C., incluidas frases como “va a quedar bonita la marca Tecnocasa”, formaban parte de un intento de venganza por su despido. Además, los informes policiales y judiciales evidencian contradicciones en sus declaraciones y comportamientos que reforzaron la hipótesis de falsedad en sus acusaciones. A pesar de alegar problemas psiquiátricos en su defensa, la Audiencia desestimó sus argumentos.
Una situación legal con ramificaciones futuras
Aunque la condena por amenazas es firme, el recorrido judicial del caso no ha terminado. Quedan por resolverse otros aspectos, como la procedencia del despido y el curso de una probable causa por denuncia falsa. El desenlace de este caso podría sentar precedentes sobre la gestión de acusaciones infundadas en el ámbito laboral y penal.
Este incidente también resalta la importancia de un tratamiento judicial minucioso para proteger tanto a víctimas reales como a quienes puedan ser injustamente señalados. Mientras el proceso continúa, E.C. enfrenta el peso de las consecuencias legales y sociales de sus acciones.