Estrategia poco ética buscaba llamar la atención de uno de los villanos de antaño
Las historias de la cinematografía que embarcan el universo de Batman, lleva consigo el acompañamiento siempre de su antagonista predilecto, el Joker, quien en su momento fue personificado por Jack Nicholson, actor que puso en aprietos a la producción de la cinta al tener en mente rechazar el personaje en un momento dado.
Michael Keaton, fue quien acompañó a Nicholson en el año de 1989, realizando la entrega del Hombre Murciélago, protagonizando el estelar papel que llevó un gran porcentaje taquillero en las primeras semanas del estreno. Este fue uno de los precursores para acrecentar el éxito de lo que conocemos hoy en día del superhéroe.
El objetivo de la producción era claro, sí o sí era Jack Nicholson al que pretendían para personificar al siniestro payaso, lo que repercutió en la maquiavélica estrategia de dar la noticia por sentada que confirmaba a Robin Williams como el nuevo némesis del Murciélago.
Idea que por obvios motivos no fue del agrado a Williams, quien obligó a la productora a disculparse y retractarse por haber hecho mal uso de su nombre, ganando la puja y evitando que este mal manejo no pudiese afectar su carrera en producciones futuras.
Noticias o ideas por las cuales la posible participación del actor de Jumanji hubiese marcado un tinte distinto a lo que conocemos del Joker actualmente, que posiblemente tendría un valor agregado siendo que Williams no tiene esas actitudes tan alocadas propias del personaje.