El periodista abusa de las palabras catastróficas para dar énfasis a sus informaciones
Uno de los programas que siguen con más atención la crisis sanitaria es Al rojo vivo, donde Ferreras se deja cada día la piel por tratar de acercar la actualidad a los hogares confinados de los españoles. Pero la intensidad muchas veces le juega malas pasadas al comunicador de La Sexta, que recibe críticas por el uso de algún termino alarmista.
Ya se sabe cómo es Ferreras. No es un trabajador que se dedica al mundo de la información. Es un enfermo de la comunicación que necesita estar las 24 horas en vilo ante cualquier suceso que merezca ser cubierto con todo lujo de detalles. Siempre al pie de la noticia.
Por tanto, a nadie le debería sorprender la intensidad con la que está trabajando en estos días tan difíciles para España por la expansión del temido coronavirus. Pero esa intensidad es un arma de doble filo. Es verdad que le ayuda a seguir cada día, pero también hace que se ceben con él. Porque Ferreras utiliza a menudo términos alarmistas como devastación.
Concretamente esta palabra, devastación, está siendo tan utilizada por el presentador de Al rojo vivo en los últimos días, que muchos espectadores se han quejado abiertamente a través de las redes sociales. Un Ferreras que va a mil por hora y que es un experto en atraer al público.
Pero eso, a Ferreras no le va a asustar a estar alturas. Un animal comunicativo que va siempre a cien por hora por la vida. Sus programas son tan vistos, precisamente, por ese ADN alarmista e intenso que hace que cualquier suceso parezca siempre más grave de lo que en realidad es.