La serie de animación por excelencia sigue completamente viva con su trigésima primera temporada
Difícil es pensar en la televisión sin Los Simpsons. Una ficción animada donde el humor está latente por los cuatro costados. Aunque sus orígenes hacen remontarnos hasta 1987, cuando apareció en El Show de Tracey Ullman, aunque con duración inferior a la actual, oficialmente la creación de Matt Groening lleva en emisión desde 1989 siendo un programa independiente del resto. Una maravillosa serie basada en una desternillante familia.
La familia amarilla es la protagonista de disparatados momentos que acontecen en la ciudad de Springfield. Con costumbres americanas muy exageradas, Los Simpsons consiguieron entrar en las televisiones de todo el mundo y hacerse con un hueco fijo entre los espectadores. Tanto es así que, durante las más de treinta temporadas que llevan en emisión, estos personajes de Matt Groening han visitado millones de lugares donde son muy reconocidos.
Además de su humor, la serie de animación es muy seguida por ser una herramienta de crítica social. Numerosos capítulos de Los Simpsons son ya los que han comentado problemas que asolan a la sociedad o bien costumbres raras que ya consideran normal.
Una de ellas, por ejemplo, es la tratada en uno de los últimos capítulos estrenados. En el episodio 15 de la temporada 31, Marge tiene un conflicto con el resto de la familia a cuenta del uso desmedido de móviles y tablets. Para ello, utiliza un sistema de control de acceso basado en el Tiempo de Uso de la compañía Apple. Esto genera un gran problema para el resto de los protagonistas de Los Simpsons.
Estas críticas sociales son muy bien recibidas por los espectadores, aunque no por ello terminan cambiando sus hábitos. Algo que también ocurre con las denominadas predicciones de Los Simpsons, lo que ha sentado relativamente mal en los guionistas de la serie. Sobre todo tras ver como afirman que la serie relacionaba la “Fiebre de Osaka” con el coronavirus. Un hecho del que se desmarcan los guionistas de la serie, reflejando su total desacuerdo con ello.