Las citas se suceden en el programa de Carlos Sobera en busca de encontrar a su media naranja
El restaurante de First Dates vuelve a ser el centro de atención del amor. Un local donde Carlos Sobera hace la función de celestina para unir a dos personas solteras que desean encontrar el amor. Pero, por alguna razón, no han podido conocer aún a esa persona especial, para ello llegan al programa más visto de la televisión.
El programa cuenta con un gran equipo, pero no sólo están en él los que aparecen delante de las cámaras. Importante papel es el que realizan las personas encargadas de encontrar la cita ideal para cada uno de los comensales de First Dates. Algo con lo que lograr la verdadera misión del programa: hacer de cupidos.
Desde su estreno en 2016, el programa de Carlos Sobera ha logrado unir a gran cantidad de parejas que acudieron a First Dates para encontrar el amor. De hecho, por el restaurante han pasado infinitos comensales con multitud de características y aficiones que han hecho ser más concretos a la hora de unir a los solteros.
Comensales como el caso de Lydia, una chica que llegó al restaurante de Carlos Sobera con las ideas muy claras sobre su futura media naranja. Desde el primer momento le dejó claro al presentador como era ella, para así orientarlo bien en la búsqueda de su cita perfecta dentro de First Dates.
El elegido fue Joao, un portugués divertido que pasó una buena velada junto a Lydia. Ambos hablaron sobre sus vidas, contando aficiones para así conocerse más durante esta cita de First Dates. En todo momento hubo feeling entre ambos, pero sobre todo fue tras un momento que impresionó a los espectadores como a Carlos Sobera.
Ambos hablaron sobre su forma de ser y Lydia quiso ser clara con su cita, exponiéndole que ella es una chica que necesita practicar el sexo tres veces al día. La confesión de la golosa comensal fue respondida por Joao con un “tres es la cuenta perfecta”. Algo que reafirmó la buena impresión y se reafirmó con la respuesta afirmativa de ambos para tener una segunda cita.
