Sin medir consecuencias ha lanzado ataques a los que manejan las divisiones menores
Están todos claros que si alguien salió sin mucho de dónde agarrarse fue Abel Ruiz, ex delantero del FC Barcelona. Quique Setién, y la secretaría técnica acordaron que lo mejor era darle salida a un jugador que a duras penas se estaba mostrando en el club. Pues bien, hoy desde su posición en el Sporting Braga ha salido a criticar a sus ex jefes, haciendo explotar polémicas de acuerdo a lo que considera es una falta de criterio a la hora de manejar un medio tan importante como las menores en el cuadro catalán.
Desde su salida en invierno, no han parado de llover las críticas por la decisión. Abel Ruiz se fue y desde entonces las lesiones han caído sobre la primera plantilla. Quizás lo más duro de aceptar es el hecho de poder entender los motivos, pues venía jugando, había anotado unos cuantos goles y estaba rindiendo a un gran nivel.
Ansu Fati y el mismo Carles Pérez terminaron comiéndose la tostada y a él no le han dejado demostrar su verdadero potencial. Es una pena y una falta de manejo certero de las divisiones inferiores, terminó argumentando en una entrevista concedida a propósito del parón obligatorio debido a la pandemia que por estos días aterroriza al mundo.
Abel Ruíz busca olvidar pronto su pasado culé
Aunque admite que su mayor deseo era demostrar su calidad en Catalunya, lo que vive ahora mismo en Braga le acapara toda su atención. Está luchando por la titularidad y admite sentirse a gusto tanto en la ciudad como en el club. La competencia le estaba llevando a un buen nivel antes de la para, y de a poco va volviendo a ser el Abel Ruiz que por ejemplo brillo en La Masía.
Queda el sin sabor de haber sabido cuál había sido su respuesta en estos momentos escasez, y sobre todo para medir con el termómetro que se debe al club y el trabajo que vienen mancomunando desde abajo. Han sido decisiones como el mismo jugador ha expresado, a las que por más que no se comparta se han tenido que acatar.
Sigue con el paso del tiempo quedado en duda el correcto manejo de las divisiones menores, algo que en Barcelona siempre fue una auténtica mina de oro, y que dejó de paso, una de las mejores generaciones de la historia. Todo parece tomar un nuevo rumbo, en donde la inversión prevalece, y los resultados son los que marcan un proceso.