Felipe VI y la reina Letizia protagonizaron un momento inesperado durante la investidura del monarca como doctor honoris causa en la Universidad de Alcalá de Henares. En una ceremonia marcada por la solemnidad, el Rey sorprendió al cantar en latín el Gaudeamus Igitur y cerrar el evento con un beso público a Letizia
Los Reyes de España protagonizaron una jornada especial en la Universidad de Alcalá de Henares, donde Felipe VI fue investido doctor honoris causa en un evento que combinó rigor académico con momentos emotivos. La ceremonia estuvo marcada por la solemnidad, pero también por instantes inesperados, como la interpretación en latín del Gaudeamus Igitur por parte del monarca y un afectuoso beso a la reina Letizia al concluir el acto.
La investidura, que se llevó a cabo en el histórico paraninfo de la institución, reunió a destacadas figuras del ámbito académico y político. Felipe VI, acompañado por la reina Letizia, accedió al recinto por una entrada lateral, cumpliendo con la tradición protocolaria que establece que los homenajeados no pueden ingresar por la puerta principal hasta recibir el título.
Un discurso cargado de reconocimiento y recuerdos
El padrino del monarca en la ceremonia, Miguel Rodríguez Blanco, catedrático de Ciencias Jurídicas, fue el encargado de pronunciar un discurso en el que destacó la sólida formación académica del rey y su profundo compromiso con el europeísmo. También subrayó su trayectoria en el ámbito del derecho, recordando su paso por la Universidad Autónoma de Madrid.
Además, Felipe VI, al tomar la palabra, expresó su gratitud y recordó su etapa universitaria, mencionando a profesores que marcaron su formación. Sus palabras reflejaron la importancia que concede a la educación como pilar fundamental del desarrollo personal y profesional.
Un gesto poco habitual que marcó el cierre del evento
El momento más simbólico de la jornada llegó con la entrega de los atributos tradicionales de la distinción, el título, un anillo, los guantes blancos y el birrete, que por un instante pareció generar cierta dificultad al monarca. Tras la solemne interpretación del himno universitario, Felipe VI sorprendió a los presentes al acercarse a la reina Letizia y dedicarle un abrazo y un beso, un gesto poco frecuente en sus apariciones públicas.
Las cámaras y los asistentes no tardaron en reaccionar ante el gesto del monarca, un acto poco habitual en eventos oficiales, que añadió un toque de cercanía y espontaneidad a la ceremonia. Mientras algunos lo interpretaron como una muestra de emoción genuina tras recibir el prestigioso reconocimiento, otros destacaron la complicidad que Felipe VI y la reina Letizia han consolidado a lo largo de los años.
