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Bartomeu pone sus cartas sobre la mesa y Piqué apuesta por la versión 

El conjunto culé no atraviesa su mejor momento tras el escándalo de Bartomeu y la derrota en el clásico y este fin de semana contra el Betis

Dice el refrán que nunca llovió que no escampara, o lo que es lo mismo, que nunca se ha dado un escenario tan negro en el que no se pudiese apreciar un resquicio de luz. Eso es lo que debe estar pensando la directiva del FC Barcelona tras el enorme terremoto mediático que ha experimentado en las últimas semanas.

Tras vivir un verano agitado con el escándalo que se dio alrededor del fichaje de Neymar y los comentarios al respecto por parte de algunos de los jugadores en plantilla, el club inició la temporada 2019/20 con ilusión, pero tocado en el orgullo. La primera parte de la competición no les ha ido del todo mal a los azulgranas, que se sitúan en lo alto de la clasificación y se mantienen todavía en la lucha por la Champions League, aunque sus actuaciones sobre el terreno de juego no han sido, ni de lejos, memorables. Precisamente esta dinámica irregular fue la causante de que en enero el club viviera uno de sus primeros varapalos mediáticos: la destitución de Ernesto Valverde como entrenador. El técnico vasco fue apartado de sus obligaciones para con el club a pesar de contar todavía con un contrato en vigor, siendo la desconfianza de la directiva el principal motivo. Valverde sumaba varias debacles futbolísticas en su currículum como entrenador culé -la derrota contra la Roma hace dos temporadas y la remontada del Liverpool hace un año en las semifinales de la Champions- pero no fue hasta la derrota del Barça en las semifinales de la Supercopa de España cuando se firmó un punto de no retorno. Así, y causando un gran revuelo, Josep Maria Bartomeu anunció a principios de enero que Valverde dejaría de formar parte del club, nombrando a Quique Setién como nuevo entrenador.

La elección de Setién dio mucho de qué hablar en aquel momento dentro del mundo deportivo, pero pronto pasó a un segundo plano por un nuevo escándalo dentro de la institución azulgrana, uno que ha provocado un auténtico terremoto dentro de las filas culés. A principios del mes de febrero la Cadena Ser, a través del programa Què t’hi jugues de su delegación en Cataluña, dio a conocer que la actual directiva del Barça había contratado los servicios de una empresa de comunicación para, presuntamente, difamar a varias personalidades contrarias a su gestión y a parte de la plantilla en redes sociales. De esta forma, I3 Ventures, la empresa en cuestión, habría creado varios perfiles falsos en Twitter y Facebook para desprestigiar a Víctor Font, principal rival de Bartomeu de cara a las elecciones por la presidencia del club, a personalidades afines a Font, a ex entrenadores del equipo, como Pep Guardiola, y hasta jugadores del propio Barça. De estos últimos, los peor parados han sido Lionel Messi y Gerard Piqué. El primero ha sido fuertemente atacado por haber dejado la puerta abierta a un posible abandono del club, posponiendo en el tiempo su contrato de renovación. En esta campaña contra el rosarino también se han podido ver mensajes difamatorios contra su mujer y su familia, algo que va más allá del ámbito deportivo y que no ha sentado nada bien al delantero.

Piqué, por su parte, ha recibido fuertes críticas por sus negocios fuera del terreno de juego. El catalán, que siempre ha mantenido su intención de desarrollar toda su carrera en el Barça, cuenta desde hace años con varios proyectos alejados del césped. Por una parte, Piqué es un gran aficionado del póker, sobre todo de la variante de poker Texas holdem en español regulado, y no es la primera vez que se lo ve participando en torneos de gran renombre a nivel internacional, actividad que no gusta demasiado a los aficionados del club pues consideran que el futbolista no está todo lo centrado que debería en sus obligaciones con el Barça. Por otra lado, el jugador también ha desarrollado su faceta como empresario haciéndose con la titularidad de varios clubes de fútbol y participando en la organización de la Copa Davis. Algo que, por supuesto, tampoco ha gustado entre los seguidores culés.

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Con todo, y a pesar de ser uno de los más atacados, ha sido precisamente Gerard Piqué el que ha salido en defensa de Josep Maria Bartomeu. Después de que se hiciera público el escándalo, la directiva del Barça afirmó ante los medios de comunicación que la información ofrecida por Què t’hi jugues era rotundamente falsa y que, si bien el club sí había contratado los servicios de I3 Ventures, estos no hacían referencia a la puesta en marcha de una campaña de difamación en redes sino a la monitorización de los mensajes que tenían al Barça como protagonista en estas plataformas para llevar a cabo su gestión reputacional. La empresa también negó su implicación en el caso, pero días más tarde se confirmó que efectivamente las cuentas desde las que se vertían este tipo de informaciones negativas hacia diferentes personalidades del club estaban bajo su control. Esto obligó a Bartomeu a comunicar de forma pública la rescisión de toda actividad profesional con esta empresa y el inicio de acciones legales contra ella. 

Asimismo, el presidente tuvo que hacer una reunión de emergencia con la plantilla par dar explicaciones sobre lo ocurrido. Si bien tras esta reunión Messi declaró ante los medios que lo sucedido le parecía “raro”, Piqué no ha dudado en apoyar al actual presidente afirmando que se creía enteramente su versión. Así lo hizo saber en la rueda de prensa antes del partido de Champions contra el Nápoles, en la que destacó que creía a Bartomeu “porque lo vio muy tocado en la reunión”. Además, también aprovechó esta intervención para afirmar que las “redes sociales son incontrolables” y que no será ni la primera ni la última vez que un suceso como este salga a la luz. El central también aprovechó para recalcar que lo importante ahora son los resultados sobre el campo y que serán los socios los encargados de decidir si la gestión que se ha hecho hasta ahora ha sido adecuada o no en el momento en que haya elecciones.

De esta forma, Piqué ha dado un voto de confianza a un Bartomeu que vive sus horas bajas. No obstante, cabe destacar que lo ha hecho después de que varios medios afirmasen que estaba en contra del presidente tras responder a un tweet de un periodista en el que se hablaba de la directiva con el calificativo de “títere”. Lejos de la polémica, lo que está claro es que el conjunto azulgrana está obligado a recuperar la fe en sí mismo si quiere terminar la temporada con algún título bajo el brazo. 

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