La presidenta de la Comunidad de Madrid vetada por Sanidad
En tiempos de crisis, medidas desesperadas. Eso debió pensar la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso al tratar de solucionar la manutención a aquellos niños que dependían del comedor escolar y que no tienen acceso a él por consecuencia del Estado de alarma por la expansión del coronavirus en España.
Cualquier intento por ayudar a solucionar los problemas que surgen en una sociedad cuando se atraviesa una crisis como la del coronavirus, es de agradecer. Y en eso trabajan a destajo los responsables políticos, alcaldes, presidentes autonómicos, etc.
Sin embargo, no todo vale. En la Comunidad de Madrid, principal foco de coronavirus en España, la preocupación es enorme. Porque las distancias son muy grandes y hay gente que no tiene dónde dejar a sus hijos mientras trabaja. Y lo que es peor, no sabe cómo enmendar la manutención.
Porque todas estas personas tienen en el comedor escolar la solución a sus problemas. Los niños permanecen en el colegio, comen allí y cuando finalizan las clases ya pueden acudir los responsables de cada menor a recogerlos y llevarlos de vuelta al hogar.
Ahora con los colegios cerrados, ese comedor también permanece cerrado. Y para atacar ese problema, a Isabel Díaz Ayuso no se le había ocurrido otra cosa que llegar a un acuerdo con Telepizza y Rodilla, para suministrar comida a todos esos niños.
Una medida que, si bien solventaba el problema de la manutención, incurría en otro problema casi igual de grave o más. Potenciar la obesidad obligando a los niños a alimentarse en base a pizzas y sandwiches. Afortunadamente el Ministerio de Sanidad ha intervenido para frenar dicha iniciativa.