Muchos clientes explotan con la falta de previsión en los meses veraniegos y post pandemia
Este mes de agosto muchas empresas dedicadas a labores de atención al público están dejando situaciones muy incómodas para la mayoría de sus clientes. Un ejemplo son las oficinas del BBVA, que se están gestionando tan mal que están provocando larguisímas colas que causan el malestar en los clientes. Recuerda a un corralito.
Porque el coronavirus ha provocado por un lado el tener que imponer medidas de seguridad como el uso de la mascarilla y el guardar dos metros de distancia. Evidentemente dentro de una oficina de un banco no hay espacio para que los clientes esperan guardando esa distancia.
Consecuencias de la covid-19
Por otro lado a las fuertes restricciones sanitarias hay que sumar la crisis económica que ha propiciado ERTES en muchas empresas y en concreto en BBVA el cierre de algunas sucursales. Si a todo ello sumamos que es agosto y muchos empleados están de vacaciones… el caos es tremendo.
Pero es una oficina del BBVA de Barcelona se ha producido una situación que ha levantado el pánico y el malestar de muchos clientes. Resulta que la cola que se ha formado por tener un solo empleado ha sido tan larga que se han visto obligados a tomar una decisión.
Colas que recuerdan a corralito
Y es que eran tantos los clientes que desde la sucursal de BBVA salió un responsable con un papelito para determinar hasta qué cliente podían atender. A partir de ahí, todo el que estuviese en la cola se veía obligado a marcharse.
Una situación que recordaba la amenaza de un corralito, cuando los ciudadanos por miedo a perderlo todo ante una crisis económica muy fuerte, se lanzan a la calle para sacar todo su dinero de los bancos. En esas situaciones se forman colas semejantes.