La chica de Minsk arroyó al valenciano con su belleza y gran carisma, al punto que el chico tuvo que decir mentiras para no quedar mal y así dar una gran impresión a la hermosa rubia.
Alejandro no se imaginó que su cita en First Dates iba a ser una chica de nacionalidad bielorrusa llamada Victorya, que a los ojos de cualquiera, sería muy atractiva. La mujer comentó que vive en Alicante hace pocos años, pero tiene gran control del español. En el otro extremo se encontraba el comensal, un mecatrónico de Valencia que sueña con encontrar a la mamá de sus hijos (futuros claro está).
Como se esperaba, Alejandro quedó fundido apenas vio entrando a Victorya, ¿Y quién no? “Es atractiva y llamativa” dijo el valenciano. Sin embargo, todos pensaron que el hombre estaría intimidado por la belleza de ella, pero resultó ser al contrario. La bielorrusa no era capaz de mirarle a los ojos, y todas sus respuestas eran un poco frías y cortantes.
La actitud de Victorya estaba incomodando a Alejandro, pero la situación cambió en First Dates
El mecatrónico se percató que la chica estaba un poco aburrida o no le gustó cenar con él, por la actitud que estaba tomando. “Yo la he notado fría, pero he pensado que alguien tendría que tirar para adelante. Me ha tocado a mí” dijo él. Alejandro trató de recomponer la situación tratando de hablar ruso, pero las cosas no mejoraban. “He estado nervioso porque nunca había estado en una situación así. He pensado que a lo mejor no le he gustado”.
Para suerte y sorpresa del comensal, la rubia solo estaba poniéndolo a prueba y parece que pasó el reto. “Creo que es un chico bondadoso y yo busco la bondad. Es una cosa importante para mí. Él puede pensar que soy una chica muy fría, muy cerrada, muy sería. Pero, si tiene un sexto sentido, podrá entender que hay que tener paciencia para que la chica se relaje” dijo Victorya en tono tranquilo.
Tras el giro de 180 grados en la cita de First Dates, Alejandro tuvo que mentir a Victorya para no arruinar la cita
La expresión en la cara del valenciano cambió del cielo a la tierra cuando la bielorrusa empezó a ser más sociable y demostrar interés en la cita. Fue tanta la confianza que se tomó el hombre que apoyó su copa en la mesa explicándole a ella que se trataba de una tradición muy española. No obstante, no le dijo toda la verdad. “¿Tú crees que voy a decirle que, el que no apoya, no folla? No puedo decirle eso” dijo casi riendo el chico.
Victorya no se quedó con la duda y preguntó a Alejandro que significaba apoyar la copa en la mesa. El valenciano muy tranquilo respondió, “significa que, si apoyas la copa, todo va a salir bien”. Parece que la chica mordió el anzuelo ya que le gustó esa explicación. Tanto así que en la decisión final aceptaron tener una segunda cita.
