El presentador de El Chiringuito ha explicado los motivos de no asistir al concurso pero sí que ha enviado a colaboradores del programa de Mega
El presentador de El Chiringuito, Josep Pedrerol, ha explicado en innumerables ocasiones sus motivos para no acudir como invitado a Pasapalabra. Sin embargo, eso no ha servido de cortafuegos para ver a tertulianos de su máxima confianza en el programa de Roberto Leal. El último Álex Silvestre.
Álex Silvestre es de esos tertulianos de El Chiringuito de cantera. Es decir, no llegan por ser estrellas de otros medios, sino que empiezan como becarios y se acaban haciendo un sitio. Son los que gozan de mayor confianza y cariño por parte de Pedrerol, ya que el presentador y jefe se atribuye el mérito de haberlos descubierto.
¿Por qué Pedrerol no va a Pasapalabra?
Pero ya sabemos qué objetivos tiene siempre el presentador de El Chiringuito. Cuanto más se hable del programa y de sus tertulianos, aunque sea para mal, interesa. Evidentemente, al ser una estrella de Atresmedia, Pedrerol ha recibido la invitación de Pasapalabra en incontables ocasiones.
Sin embargo, el presentador de Mega siempre lo ha rechazado por una razón muy clara: “Te pueden preguntar cosas de cine o de otros temas que hay que tener preparado. Yo no acertaría ninguna, haría el ridículo”, se explica. Unos argumentos razonables que, sin embargo, no los aplica a sus colaboradores.
Álex Silvestre da que hablar en Pasapalabra
Ya en su día se hicieron muchos memes de Edu Aguirre cuando fue al programa de Roberto Leal. Ahora no iba a ser distinto. Unos de los pupilos de confianza de Pedrerol, Álex Silvestre, ha estado esta semana en Pasapalabra. El joven periodista fue con las ideas muy claras. Había que hacer ruido.
En su presentación imitó a Jorge Valdano y Rafa Nadal, provocando miradas perplejas de Rafa y Orestes. Pero la mayor parte de los palos han llegado cuando el tertuliano de El Chiringuito se enfrentaba a una de las pruebas fetiche de Pasapalabra: la prueba musical. Álex Silvestre no era capaz de acertar ni una. “Soy el más niño y me ponéis cosas de 1971, así es imposible”, se defendía.