Para la comensal, la edad si es importante en una relación
Yoli es de las personas que no creen en esa frase que dice “el amor no tiene edad” para ella es importante y lo deja muy claro en First Dates. Para empezar, la barcelonesa tiene 22 años y es una dietista que está en constante búsqueda de un hombre cuyos pasatiempos giren en torno al deporte, la actividad física y los buenos hábitos alimenticios.
“Busco a alguien que le guste el deporte y se cuide. Que no sea el típico que esté en el sofá todo el día comiendo patatas fritas” desveló la catalana. Su cita fue Óscar, un barcelonés de 30 años que acudió al dating show porque no tiene más métodos para ligar. “He venido porque Tinder ya no me funciona. A ver si tengo suerte y encuentro a alguien decente”.
El deporte unió a Yoli y Óscar pero la edad los separó en First Dates
Desde el primer momento que se conocieron, el par de comensales se sintieron atraídos por muchas cosas. Una de ellas fue su gusto por el deporte y es que Óscar desveló “Busco una chica sencilla, que tenga valores, que no mire a nadie por encima del hombro. Mi pasión es el deporte, así que me gustaría que se cuidara haciéndolo”.
A Yoli le gustó tanto esa afirmación que también reconoció “El físico para mí es muy importante, estoy un poco obsesionada con el gimnasio. Soy la loca de las pesas”. Sin embargo, cuando la chica conoció la edad de Óscar se echó para atrás. Ella con 22 y él con 30, fueron el motivo para que la catalana afirmara que una relación de dos personas así, no duraría.
A pesar de todo hubo segunda cita en First Dates
Con la afirmación que hizo la dietista de 22 años, todos los televidentes pensaron que la cita no iba a tener futuro. Sin embargo, Yoli recapacitó y pensó que la edad era un excusa muy irrisoria para decirle no a un hombre que le gustó por varias razones. La química que ambos emitían antes del percance de la edad era más que evidente.
En la decisión final, Óscar se aventuró a decir que sí tendría una cita con ella pues “la he visto una chica despierta y hemos conectado según que temas”. Mientras tanto la chica se tomó un momento para pensar, aumentando la intriga en el catalán. Al final dijo que también saldría con él pues “Somos muy afines, a pesar de la edad”.
Conchi piensa lo contrario a Yoli acerca de la edad en el amor
Conchi es una granadina de 60 años que decidió visitar First Dates puesto que ama gozar la vida, pero lo quiere hacer acompañada. Sus peticiones son simples y se basan en el principio del enamoramiento. La mujer quiere un hombre que la haga sentir mariposas en el estomago y que la haga subir a las nubes.
El encargado de hacer sentir cosas a Conchi fue Antonio, un obrero sevillano que posee el mismo sentido del humor que su cita. Por esta razón tal vez los dos conectaron muy bien, aunque la cerveza también ayudó a que ambos le vieran gracia a casi todo lo que decían. El principio fue bueno, veremos si el final también resulta igual.
Otra de las razones del porqué Conchi le gustó su cita en First Dates
Más allá de percibir mutuamente la buena vibra, Conchi desveló que se alegró de saber que su cita se llama Antonio. ¿La razón? “Mi padre se llama Antonio, mi sobrino se llama Antonio, mi cuñado, mi yerno también se llama Antonio” comentó la granadina. Cuando charlaban amenamente, la mujer contó que tenía 5 hijos en total y 8 nietos.
La conexión que sentía Conchi era tan grande que de una vez invitó a Antonio a Granada para hacer un recorrido turístico con él. Desde que pudimos ser testigos de que la cita iba por buen camino y que iba a terminar de la mejor manera. Los halagos no faltaron y el obrero sevillano desveló que lo que más le gustaba de ella era su sonrisa.
Y sí, entre Conchi y Antonio habrá segunda cita fuera de First Dates
Lo que empezó bien no terminó de igual manera sino que mucho mejor. Los dos comensales la pasaron muy a gusto y quiere repetir la velada. Eso si, debe ser en Granada para que Conchi sea su guía turística y le muestre lo más bonito de su ciudad. Por supuesto que el sevillano aceptó con la condición de que ella también vaya a su ciudad andaluza.
El ambiente estaba tan agradable que Antonio ya iba por su tercera cerveza pero Conchi exclamó. “Me van a dar sofocos y van a decir que a la granadina y al sevillano se les va la mano”. De esta manera la tercera caña quedará pendiente para que se la tomen en Granada, en un entorno más privado.