El popular programa de cocina ha conseguido atrapar a su público a través de algunos de los momentos más conflictivos que se han dado
Pesadilla en la cocina, liderado por el afamado chef Alberto Chicote, hizo de la adaptación del inical programa británico uno de los espacios más seguidos por el público de la televisión, y eso se puede ver en cada entrega de sus siete temporadas que se llevan emitiendo. Y, a cada cual, con números impresionantes.
Aquí, intentan salvar de una situación límite a establecimientos hosteleros de toda España. Un argumento que el cocinero ha sabido afrontar a la perfección gracias a su personalidad ácida y crítica, y que consiguió el beneplácito de la audiencia desde sus primeras emisiones, como hemos podido observar.
Los números de Pesadilla en la cocina no dejan de subir
Esto ha hecho, además, que sea una de las reposiciones más vistas en los canales de Atresmedia, en La Sexta, y que ha hecho que muchos intenten congeniar todo tipo de estrategias para remediar este rotundo éxito, pero que todavía no han logrado sucumbir para que sus números de share bajen.
Al contrario, a medida que pasan los años y los programas, el de Pesadilla en la cocina y Alberto Chicote no hacen otra cosa que mejorar sus registros, siendo uno de los mejores programas que tiene La Sexta para hacer de escaparate en las parrillas televisivas y ganar así frente al resto de cadenas y programas.
Pero todo éxito tiene una respuesta. Y aquí, como varios usuarios de Twitter se han dado cuenta, esto radica en la forma de emitir sus programas, un espectáculo televisivo que cada vez está más lejos de escenas cotidianas para pasar a situaciones sorprendentes que dejan a los telespectadores atónitos.
Las tramas del programa hacen apasionar a la audiencia
Mucho de esto se debe, en gran parte, a la actitud que Pesadilla en la cocina, de la mano de Alberto Chicote, muestra en cada edición de sus restaurantes, unos locales en los que a menudo nos atenemos a personal respondón, maleducado… e, incluso, a veces un tanto faltón hacia sus compañeros hacia el propio presentador.
Pero eso se ha demostrado que es lo que más gusta a la audiencia, y tenemos motivos para ello. Por ejemplo, los rifirrafes entre unos hacen de él que los televidentes recurran a estos momentos concretos para verlo repetido en plataformas como la de Youtube, donde algunos de estos instantes se cuentan por cientos de miles de visitas, y hasta cerca de los millones, como la de Walter o el restaurante del Sukur.