Hoy en el dating show otra víctima de los encantos del presentador
Nos atreveríamos a decir que el 40% de las comensales que deciden ir a probar suerte en First Dates, lo hacen para conocer a Carlos Sobera, o al menos es lo que quería esta rusa. Liubov no escondió en ningún momento su admiración por el presentador, y fuese quien fuese su cita, no le iba a quitar la mirada al vizcaíno en ningún instante.
La periodista llegó con energía al restaurante, y solo de ver al anfitrión de siempre, se emocionó tanto que empezó a bailar para él. “¡Para mí, si estuvieras libre y no estuvieras casado con Patricia, solo bailaría y cantaría para ti!” Sobera no sabía que responder y solo reflejaba un sonrisa nerviosa. La periodista afirmó que nació en la desaparecida Unión Soviética que según ella, aún lleva en su corazón.
Sobera se ganó enteros cuando le preguntó a la rusa que quería encontrar en First Dates
Como es habitual, el presentador vasco indagó sobre la vida de Liubov, y luego de averiguar su lugar de procedencia pasó a preguntar que prototipo de hombre venía buscando. La chicha aprovechó para seguir tirándole los trastos al veterano hombre. “Valoro tres cosas: Nobleza, inteligencia y generosidad, las que tiene Carlos, que es mi amor platónico, espiritual y cárnico. Es mi hombre ideal”.
Lamentablemente para la rusa, Sobera ya está casado y felizmente enamorado de Patricia, como bien lo sabe Liubov. La comensal tuvo que conformarse con su cita, pero la primera impresión fue muy buena. “Es un hombre muy potente y poderoso. Es guapísimo, todo un rompecorazones” exclamó la chica de Luis. El comensal también expresó una buena primera impresión, “Estoy sin palabras, no me lo esperaba”.
La razón por la cual la rusa suspira por el presentador de First Dates
Hay que reconocer que Carlos Sobera aún tiene un sex-appeal notable, y es el amor platónico de varias jovencitas. Sin embargo, Liubov revelaría el porque el presentador la trae como una moto. Mientras tanto, ambos comensales se conocían en la mesa intercambiando datos, y vino el momento del baile, un cuadro que quedará para el recuerdo de todos, por el zapato de la rusa el cual salió volando por el restaurante.
Cuando decidieron ir al reservado, Luis aprovechó para hacer un masaje de pies a su cita y así ganar puntos, ya que como lo expresó en su decisión final, si quería una segunda cita con la rusa. Lo cierto es que Liubov la pasó genial con el comensal e incluso le pareció atractivo, pero no quiso una segunda cita con él. “Me gustan los hombres más mayores porque no he tenido padre”.