Una de las citas más incómodas en la historia del dating show
Roser esperaba tener una cita de ensueño en First Dates, pero se encontró con una pesadilla encarnada en Albert. Al parecer el hombre venía solo por probar la comida que servían el restaurante de Cuatro. En cuanto a conocer el amor o simplemente saber cosas de la persona que tenía en frente, no le sumó mucha importancia.
El catalán fue quien arribó primero al local de citas más famoso de España, y en su presentación se definió como un hombre tierno, pero también muy sociable. “Soy muy extrovertido y busco una persona extrovertida que comparta conmigo esa extroversión”. Lamentablemente Roser no sería esa mujer.
Una primera impresión negativa de parte y parte, empezaba a inclinar la cita de First Dates al fracaso entre Roser y Albert
Definitivamente Roser y Albert nacieron para no estar juntos, o al menos eso es lo que percibimos en el capítulo de hoy. El catalán comentó ante las cámaras que no le había gustado para nada el físico de su cita. “No me ha gustado nada así de primeras. Me gustan las mujeres bajitas, pero el tamaño no es mi prototipo, me gustan delgadas”.
Roser tampoco se guardó nada, y cargó en contra del hombre. “A una cita se viene arreglado. Yo me he esmerado, y él no tanto como yo esperaba”. Con estos comentarios ya sabíamos como terminaría la cita. Sin embargo más sorpresas vendrían al remate de la velada.
Albert sacó más de una excusa para no quedar con Roser al final de su cita en First Dates
El comensal de 57 años quería que la velada acabase rápido, y lo mismo sentía la catalana. Para matar el tiempo, Albert empezó a quejarse de la comida, diciendo que era muy poca. “Tendré que venir más aquí, porque ponen poca cantidad”. Su comentario al menos le sacó una sonrisa a su cita.
En la parte final y como era de esperar, ninguno quiso una segunda cita como algo más que amigos. Eso si, aceptaron que la pasaron bien y hasta Albert destacó que su cita es “buenísima persona”. Roser por su parte también describió al catalán como un gracioso hombre con el que se puede pasar un rato divertido.
Otra cita entre veteranos que no llegó a nada
Los dos comensales de hoy, Beatriz y Juan, tuvieron solo una cosa en común en First Dates, ambos son viudos. La primera en llegar fue la mujer oriunda de Cádiz, quien afirmó que más allá de físico, buscaba un hombre que compartiera sus mismos gustos y aficiones. También que tuviera una visión de la vida un tanto similar a la de ella.
Lo cierto es que al ver a Juan su entusiasmo se apagó a pesar de que dijo no basarse en lo físico. El cordobés comentó que hace 15 años sufrió un infarto, y desde ahí cambió su vida radicalmente. “Tras la operación, me dediqué a viajar para olvidar lo que me había pasado y para olvidar también la separación de mi mujer”.
Los televidentes de First Dates aplauden la cortesía de Beatriz
Al ver a Juan asomarse por la puerta del restaurante, la gaditana no dudó en comentar. “El señor no me ha gustado, no es mi tipo”. Sin embargo, también decidió quedarse para no parecer descortés. “No voy a dejar al hombre ahí tirado, así que cenaré con él”. Ya en la mesa, Beatriz quiso resaltar su autoestima, asegurando que se cuida mucho en lo físico.
“Yo no me quiero echar flores, pero, por lo que me dicen, la gente no se cree que tenga 73 años. Cuando ven a mi hija y luego me ven a mí, se creen que soy la hermana mayor”. Pasando a otro tema, tuvieron su primer encontronazo. Juan le contó que le gusta viajar, y en los últimos años había estado en Latinoamérica. Fue ahí donde la gaditana criticó al cordobés por no viajar por España y conocerlo bien.
Definitivamente Juan y Beatriz no encontraron nada en común en su cita de First Dates
Como vieron que en los destinos de viaje no tenían nada en común, pasaron a otros pasatiempos, la lectura. Juan reconoció que no le gusta para nada, mientras que Beatriz dice que le encanta. “A mí me gusta mucho leer. Como me guste el libro, me meto de lleno”. Esas cositas iban dañando poco a poco la velada al punto de ver a la gaditana desganada en el resto de la velada.
La cereza en el pastel fue cuando hablaron de que tipo de relación les gustaría tener. Ella dijo que le gustaría una en la que cada uno viviera en su casa y se vieran algunas veces a la semana. Juan determinó que eso no es una relación sino una aventura. En la decisión final estuvieron de acuerdo por fin, pero para sentenciar en que no tendrían una segunda cita.