Un trabajo de investigación del programa de Cuatro ha sacado a la luz la terrible labor que realiza un doctor de una clínica privada de Madrid
A pesar de todo el daño que ha causado la pandemia, hay muchas personas que piensan que todo es un invento para controlar a la población. Algo que incluso ha generado manifestaciones en varios países. Pero no solo eso, sino que ahora hemos conocido gracias a Risto Mejide y Todo es mentira que aún hay más.
La mascarilla se ha convertido en un complemento más a la hora de salir a la calle. Como medida de prevención para evitar la propagación del coronavirus, los gobiernos han obligado a llevar la mascarilla puesta. Sin embargo, hay muchos que evitan por todo los medios llevarla puesta, como ha desvelado Todo es mentira.
Todo es mentira revela la verdad de los negacionistas
En esta ocasión, Todo es mentira comenzó con Risto Mejide solo y muy enfadado. Todo un por un trabajo de investigación que han realizado en una clínica privada de Madrid, donde hay un doctor que no está realizando su labor, sino que está poniendo en peligro la salud pública con sus certificados.
Y es que, según ha comentado Todo es mentira, el doctor, de una clínica privada, está entregando certificados falsos a todos los que acuden y quieren dejar de llevar la mascarilla. Algo que, además de ir contra su labor como médico, atenta contra la salud de toda la población, pudiendo generar muchos nuevos contagios.
Risto Mejide estalla en Todo es mentira
Esta situación ha generado un gran enfado en Risto Mejide, que comenzó avisando que todo lo sucedido tendría consecuencias legales, tanto para la clínica privada como para el doctor. Y es que, según ha confesado, no llevar mascarilla por la calle de manera legal cuesta 40 euros, que es el precio que cobra la clínica privada.
Algo que ha enfadado aún más a Risto Mejide, quien ha declarado que todo lo sucedido es gravísimo, puesto que, quien debe velar por la seguridad de todos, está atentando contra ella. Todo por 40 euros, que es lo que cuesta el certificado que exime a cualquiera que acuda a la clínica privada de Madrid de llevar mascarilla.