El sevillano deja por un día su carácter conservador y acelera ante las preguntas de Roberto Leal para dejar a su rival a cuadros
Rafa Castaño lleva varias semanas muy criticado por su raquítica táctica para aferrarse a Pasapalabra. Sin embargo, sin que sirva de precedente, el sevillano mostró otra cara en su último duele frente a Orestes. Lejos de su habitual parsimonia, se dio prisa y acertó 24 palabras a toda velocidad. Orestes se quedó a cuadros, aunque finalmente, Rafa, se quedó a una del bote.
Hasta la fecha, tal y como han hecho concursantes legendarios del programa, el sistema de Rafa se ha basado en tener paciencia y no responder a aquellas palabras que no tenga la certeza de saber la respuesta. El truco está en esperar a que sea Orestes el que se arriesgue y termine fallando.
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Rafa tiene una táctica habitual de Pablo Díaz
Sin ir más lejos, en el último programa de Pasapalabra, emitido este miércoles, Rafa Castaño dio buena cuenta de Orestes gracias a su sistema. Los dos iban empatados a 22 aciertos, cuando Rafa acertó la número 23 y dejó las dos que quedaban sin responder. Orestes sí que arriesgó para tratar al menos de ganar el programa y llegó su fallo.
Si rafa hubiese contestado a esas últimas y hubiese añadido dos fallos al marcador, Orestes hubiese ganado el programa tan solo con acertar una más e igualar en aciertos a su rival. De esta forma, siendo más conservador, Rafa ha encontrado el sistema de mandar a Orestes a la temible Silla Azul. Un sistema que hizo famoso Pablo Díaz.
La Silla Azul más complicada que nunca
Una silla azul cada vez más complicada. Y es que, lo que hasta hace nada parecía un mero trámite para Orestes, ahora ya es una presión añadida. Porque Orestes está teniendo que enfrentarse a la Silla Azul muchas más veces de las que le gustaría. Y Pasapalabra está subiendo el nivel de los aspirantes que acuden al programa.
El último, Luismi, no fallaba ninguna y puso en serios aprietos a un Orestes que logró aferrarse al programa. Pero ya lo hace nervioso, más tenso de lo habitual. Una buena prueba de ello es la pregunta que falló en el último rosco y que ya le hizo ir a remolque. Este jueves, volverá a enfrentarse a su peor pesadilla.