Al igual que ocurre con Nacho Mangut, el concursante considera que podría volver a tener una oportunidad en el programa
A pesar de que Pasapalabra ha contado con concursantes de la talla de Javier Dávila, Marta Terrasa o Nacho Mangut, ninguno de ellos le ha puesto las cosas tan difíciles a Pablo como Luis de Lama. El concursante, durante su etapa en Antena 3, mostró un nivel espectacular.
De hecho, suyo y de Pablo es el récord de más programas juntos en Pasapalabra, con 82. Un récord al que se aproxima Pablo con Javier Dávila, aunque aún les quedan varias semanas. Pero ahora los espectadores han comenzado a hablar sobre el posible regreso del concursante.
Luis de Lama, el concursante más querido de Pasapalabra
Una encuesta realizada sobre Pasapalabra ha concluido con que, para sorpresa de muchos, Luis de Lama es el concursante más querido por los espectadores. Esto ha causado gran impacto, pues pocos esperaban que superase en cariño a concursantes como Pablo o Nacho.
Sin embargo, así ha sido y esto será tenido muy en cuenta por el programa. Un programa que podría darle una nueva oportunidad a Luis de Lama para que luche de nuevo por el bote. Un bote del que se quedó muy cerca en repetidas ocasiones durante su etapa.
Luis de Lama ha seguido preparándose para Pasapalabra
Tal y como hemos podido comprobar por redes sociales, Luis de Lama ha seguido muy atento al concurso televisivo. Pero no solo eso, sino que también ha seguido preparándose por si le llega una nueva oportunidad de competir por el ansiado rosco. Una oportunidad que también espera Nacho.
El concursante, primer gran rival de Pablo, aseguró que cree que tendrá una nueva oportunidad en Pasapalabra antes de dar el salto a otro concurso. Misma situación que Luis de Lama, quien podría regresar al concurso televisivo, aunque antes tendría que caer eliminado Pablo para no repetir duelo.
El perdón de Pablo a Roberto Leal en Pasapalabra
El duelo de Pablo Díaz y Javier Dávila está en curso para convertirse en otro de los legendarios encuentros entre dos pesos pesados de Pasapalabra, por ello las tensiones que se viven allí son bastante justificadas, pero de una u otra forma los participantes deben canalizar sus emociones y no hacer como el violinista, que tuvo que pedir perdón al presentador.
El Bote una vez más quedó a tres palabras que el tinerfeño no pudo descifrar y esto empezaba a generarle bastante molestia. Los presentes en el plató, su contrincante Dávila, y Roberto Leal. Eran testigos de la ira que irradiaba Pablo cada vez que no lograba atinar a las letras y palabras. En un momento se creyó que el concursante sufriría algún colapso nervioso.
Nunca se había visto un comportamiento de Pablo Díaz como el mostrado en la última emisión de Pasapalabra, el tinerfeño pidió perdón
El violinista siempre se ha destacado por ser un concursante de lo más tranquilo, alegre, simpático y en ocasiones muy risueño. Sin embargo desde la llegada de Dávila a Pasapalabra. El tinerfeño perdió el brilló de sus ojos y con ello la tranquilidad. El profesor universitario se ha encargado de hacerle la vida un infierno a Pablo, y lo está logrando.
Fue tanta la tensión acumulada que el chico no pudo aguantar más y explotó de manera parcial. El hecho ocurrió cuando se dio cuenta de que no le salían las palabras, algo que ha evidenciado su enfado a través de expresiones en su rostro. Cada vez era más recurrente sus malas expresiones faciales y su desespero al no poder acertar las palabras.
Pablo Díaz pide perdón a Roberto Leal y a todos tras su enervante y tensionante comportamiento en Pasapalabra
Ante la impotencia de estar tan cerca del bote el cual por cierto acumula una cifra de 1.672.000 de euros. Empezó a ser más visible su enojo, al punto que el presentador se sintió aludido y guardo un silencio sepulcral. Pablo se percató de la situación y exclamó. “No me enfado contigo eh, es conmigo” haciendo referencia a que no era contra el actuar de Roberto Leal.
El presentador se encontraba completamente confundido por lo que quiso llegar al fondo del asunto. Momento en el que el violinista ha razonado: “Esa F, la tengo aquí”, se refería el tinerfeño señalando que sí la sabía, aunque no era capaz de nombrarla. Al respecto, Roberto Leal no pudo hacer otra cosa que utilizar su mejor cualidad, la paciencia, y recordarle el tiempo restante que le quedaba, para bajar un tanto los ánimos.
