La vuelta del presentador más famoso de La Sexta está bañada en polémica
Por fin llegó el día en el Antonio García Ferreras regresaba de sus vacaciones para hacerse cargo de Al rojo vivo. Una nueva temporada que se presenta casi igual de convulsa que la anterior, con los repuntes de coronavirus todavía muy presentes. Pero Ferreras ha llegado con ganas y con ilusiones renovadas.
Las vacaciones se hicieron muy necesarias después de un confinamiento en el que Ferreras no descansó ni en festivos como la Semana Santa. Y en una época en el que Al rojo vivo y La Sexta en general sufrieron mucho desgaste por su defensa constante al Gobierno.
Un regreso muy esperado
Seguramente de todos los gigantes de la televisión el regreso más esperado era el de García Ferreras. Un regreso muy esperado, además, por todos, por su seguidores y sobre todo por el escuadrón de haters que se ha ido ganando por sus conductas.
Porque los últimos tiempos, mientras Ferreras estaba de vacaciones no han sido muy tranquilos que digamos en el seno de Podemos, con muchas investigaciones a Pablo Iglesias por financiación irregular, por la famosa Caja B, etc.
Le tachan de racista
Pero Ferreras ha regresado impasible, como siempre. Sin poner ni un solo freno en su análisis siempre radical de la situación política. Pero en este primer día, si algo ha ido mal, y ha quedado como tendencia ha sido un comentario desafortunado.
Y es que hablando de los bulos que suele desmentir Newtral, se ha hablado de una piscina en la que se ven inmigrantes bañándose. “¿Es una piscina de Maspalomas? ¿Son inmigrantes? Porque a veces los africanos también se bañan”, afirmó Ferreras. Una frase que ha dado muchísimo que hablar.