Todavía colean las consecuencias de las graves salidas de tono del contertulio del programa de debate futbolero más de moda
Cristóbal Soria es con todo merecimiento el tertuliano de El Chiringuito que más odios suscita. Bueno, en realidad, que más amor y más odio suscita. Porque su pasión muchas veces genera la simpatía incluso de aficionados del Real Madrid, el equipo al que más ataca. Pero muchas veces sus salidas de tono tienen consecuencias graves en El Chiringuito.
Porque nadie se olvida del episodio más grave que ha tenido como protagonista a Cristóbal Soria. El día que a la dirección del programa de El Chiringuito, con Josep Pedrerol a la cabeza, se les ocurrió lanzar una pregunta a los espectadores.
¿De qué equipo es Cristóbal Soria?
La pregunta que lanzó El Chiringuito a los espectadores fue de qué equipo era Cristóbal Soria, permitiendo dos opciones. El Sevilla FC o el FC Barcelona. Los espectadores, por desconocimiento o seguramente por pitorreo, respondieron en un altísimo porcentaje el FC Barcelona.
Cristóbal Soria, lejos de tomarlo a broma, cogió un cabreo espectacular y abandonó El Chiringuito, dejando a Josep Pedrerol con la palabra en la boca y en un momento de máxima tensión. Los tertulianos aprovecharon la coyuntura para hacer una petición al jefe.
Empezó Juanma Rodríguez, que pedía a Pedrerol el despido inmediato de Cristóbal Soria porque por encima de todo se trataba de un trabajador que habían abandonado su puesto de trabajo sin el consentimiento de su jefe. Pero Pedrerol le ha perdonado.
Le sale caro a Pedrerol
Sin embargo, el gesto de Cristóbal Soria y la poca autoridad que demostró Josep Pedrerol, ha provocado que muchos espectadores de El Chiringuito hayan clamado al cielo. Entienden que el relajo de Pedrerol es porque con Soria hay más audiencia.
Sin embargo, se avecinan otro tipo de despidos en El Chiringuito. Y es que varios espectadores han decidido abandonar a su suerte al presentador del programa por seguir contando con tertulianos como Cristóbal Soria. Algunos incluso le han escrito personalmente para decírselo.
