El comensal de 65 años está acostumbrado a salir con chicas de la mitad de su edad, y cuando se dio cuenta que la mujer que estaba en la barra era contemporánea, no tuvo más remedio que tirarle los tejos a la camarera.
Con una camisa de lo más llamativa, y un estilazo único, Marino hizo su aparición estelar en First Dates, sin descuidar a Laura Boado. Y es que cuando el alicantino se dio cuenta que Gisela, la mujer con la que iba a cenar en el dating show tenía 63 años, (uno más que su edad), se desinfló bastante. De ahí que sus ojos saltaran a la exconcursante de la Isla de las Tentaciones.
Marino comentó que no aparentaba la edad que tenía, y tal vez tenía un poco de razón. “Estoy conservado en aceite de oliva. Por la noche me lo echo en el colchón y salgo muy pringado, pero es el precio de la belleza” dijo el comensal. Al programa de Cuatro viene a buscar la primera mujer con la que va a convivir, pues en sus 6 décadas de vida, nunca lo hizo.
Gisela se enoja con el tonteo de Marino hacia la camarera estrella de First Dates
La chilena de nacimiento, pero afincada en Alicante, comentó que fue madre muy joven, y por eso se saltó varias etapas que le gustaría vivir, tales como enamorarse a primera vista. “Vengo al programa con la esperanza de volver a enamorarme y de sentirme viva. Me salté etapas en la vida porque fui madre muy joven y ahora necesito vivir”.
El primer vistazo de ella fue positivo, pero en cambio él no opinó lo mismo. “María Gisela está bien, pero tiene 64 años y yo estoy acostumbrado a salir con chicas de unos 35 años o como mucho 45. No hay color…”. La cereza en el pastel vendría cuando salieron a la pista a bailar, y en ese momento la sudamericana no supo llevarle el paso al bailarín.
Marino utiliza la excusa del baile para dar calabazas a Gisela al final de su cita en First Dates
El baile y la danza es algo muy importante en la vida del veterano comensal, y si su pareja no le puede llevar al ritmo, no es la adecuada para él, según el mismo. “Para mí es básica la pasión por la danza y bailando no tienes lo que yo busco” dijo algo indignado el alicantino. Aunque claramente las calabazas eran por otra razón (la edad de ella).
Por otra parte, Gisela se dio cuenta que su cita no paraba de ver a Laura Boado, y eso también la sacó de quicio. “No me gusta que la persona que estoy conociendo, esté pendiente de la camarera y no de mí” sentenció la chilena. Acto seguido, ambos se despidieron del programa, y con más libertad Marino le tiró los tejos a la camarera, pero esta lo paró en seco. “Pues no puede ser Marino”.