La cita entre la catalana y el italiano ha estado marcada por la moda y los licores finos, pero además entre las respuestas más surrealistas que un soltero puede decir. No encontraron el amor pero si que se divirtieron.
Aunque no se dedica a la moda como profesión, Lucía se considera una Fashion Victim, y así lo dejó claro en First Dates. “Siempre ha sido una vía de escape y una manera de expresar”. La originaria de Barcelona trabaja como jefe de recursos humanos en una empresa local. En cuanto a su prospecto de hombre, lo más importante y lo primero que ve en un chico es la manera de vestir.
En el caso de Nicola, un italiano dedicado al mundo de los vinos y los licores finos (sumiller), no le fue tan mal. “Va vestido informal. Correcto, dentro de lo que cabe, pero sin arriesgar, ir un poquito más allá y expresar algo interesante” decía Lucía del transalpino. Sin embargo, muchos factores influyeron en no encontrar la química mutua.
El primer desencuentro entre Lucía y Nicola igual a obstáculo en First Dates
El camarero residente en Barcelona, explicó que había estado en Roma, pero prefería Milán (capital mundial de la moda). La amante del Fashion comentó que es la ciudad italiana número 1 en turismo, algo en lo que no estuvo de acuerdo Nicola. “¡No! No eres normal. ¿Cómo es posible? Milán es bonito para vivir, pero para ‘turistear’ es mejor Roma. Solo una persona enferma de la moda diría eso”.
Luego se toparon con otro bache que los hacía separar cada vez más, el deporte. “Es deportista, pero a medias. Tiene la afición de jugar al vóley-playa, pero nunca ha estado en un equipo o ha tenido esa disciplina de ir a un entrenamiento o a los partidos. no es lo que yo buscaba” decía visiblemente decepcionada la catalana.
Tanto Lucía como Nicola sabían que no tendrían una segunda cita, pero disfrutaron de un momento agradable en el reservado de First Dates
Ambos comensales notaron que la llama del amor entre los dos nunca se encendió, pero eso no les impidió que pasaran un rato divertido. De esta manera, se aventuraron a jugar al rasca del amor, donde tenían que responder a la pregunta de “¿Te gustaría hacerte invisible? ¿Para qué?” El primero en responder fue el italiano. “No sé, quizá para robar dinero. Soy muy práctico”.
Lucía fue más específica y comentó. “Yo me colaría en un desfile de moda, me encantaría”. La segunda pregunta fue “si pudieras ser un electrodoméstico, ¿cuál serías?” Esta vez fue la barcelonesa quien respondió primero. “Yo sería una lavadora, voy revolucionada siempre”. En el turno de Nicola, fue cuando vinieron las risas. “No sé si es un electrodoméstico, pero prefiero ser un dildo. Es que ponen unas preguntas tan raras… Pues, claro, respuestas raras”. Los solteros tendrían una segunda cita pero solo como amigos.