Ambas han quedado prendadas la una de la otra cuando han conocido sus gustos
No hubo amor a primera vista, pero su conversación fue tan fluida que quedaron enamoradas, así fue la cita entre Carlota y Lucía en First Dates. La primera en llegar fue Lucía, y de entrada pidió una mujer que la supiera comprender en caso todo, pero sobre todo que la supiera querer con todos sus defectos y demonios.
Carlota no solo le pareció una chica encantadora, sino que desde que empezaron a conversar supo que era su alma gemela. Ambas compartían varios gustos, visiones, pasatiempos, y hasta manías. Sobre todo esto último fue lo que mas unió a las comensales. Sin más preámbulos, las dos se dispusieron a cenar.
Lo que más tienen en común Lucía y Carlota en su cita de First Dates
Carlota fue la primera en iniciar la conversación que a medida en como avanzaban se iba poniendo interesante. Ella empezó desvelando, que para dormir necesita abrazar un oso de peluche. La cara de Lucía fue una mezcla de extrañeza y felicidad puesto que también afirmó que hace lo mismo a la hora de conciliar el sueño.
La chica dio detalles de su peluche. “Es un oso que lleva escrito ‘I love NY’, aunque nunca he estado en Nueva York, es del chino”. Luego, Carlota desveló que no le gusta hacer la cama, algo en lo que volvieron a coincidir con Lucía, y ambas no podían creer que se hubiesen encontrado con una persona así, pues son pocas las que no se llevan bien con este hábito.
Los argumentos de Lucía y Carlota para no hacer la cama y su decisión final en First Dates
A ambas no les gusta hacer la cama, pero sus argumentos para no hacerlo son diferentes. Carlota fue sincera y desveló que no le gusta hacerlo puesto que en la noche a la hora de dormir se va a volver a desorganizar. Además que es una perdida de tiempo valioso. Mientras que Lucía dio un argumento más contundente. Según la catalana, “cuando haces la cama se quedan bichos dentro. Bichos minúsculos, pero se me metió la paranoia y ya no la hago”.
Al escuchar a la joven de 19 años, Carlota ha dicho con sorpresa que no sabía eso y afirmó “bueno pues un argumento más para no hacer la cama”. Luego de una deliciosa cena y una conversación en la que ambas aseguraron que la pasaron “genial” no había razones para decir no a una segunda cita. Efectivamente las chicas quedaron para volver a salir.
