Muchas diferencias en gustos y pasatiempos arruinaron el principio de la velada
Congeniar con alguien en la primera cita resulta difícil en algunas ocasiones, esto fue lo que les pasó a Inés y Carlos con su primera experiencia en First Dates. Quien arribó primero al restaurante de Cuatro fue la comensal, la cual se mostraba muy segura de lo que quería. “Busco un hombre que esté más bueno que el jamón de mi padre”. Una afirmación que sonaba un tanto extraña.
La sevillana también aseguró que es una persona muy tranquila y que es difícil que algo o alguien la pongan nerviosa. Teoría que quedó en duda puesto que en la llegada de Carlos, la chica se sonrojó y parecía tatarear y no hablar. El chico contó que es de Jaen y que tiene 24 años. Luego pasó a contar algunos de sus pasatiempos, y en la mayoría Inés no los compartía.
El lapsus de Inés en First Dates que hizo carcajear a Carlos
Uno de los pasatiempos favoritos que Carlos considera placer entre los placeres, es el de viajar, cosa que no le gusta a Inés. De hecho la sevillana cuenta que es la primera vez que viene a Madrid (lugar donde se graba First Dates). No obstante, el chico quiso saber si entonces ha tenido la oportunidad de salir de España, y ella respondió “He ido a Tenerife”.
Carlos no aguantó la risa y le explicó que aunque no haga parte de la península, sigue siendo territorio español. Para tratar de remediar las cosas, la chica se refirió a que Tenerife efectivamente es España, pero está muy lejos de casi todas las ciudades de la península. Aún así, el comensal dudó un poco de la inteligencia de ella.
La cita entre Carlos e Inés no tuvo futuro más allá del lapsus en First Dates
La chica parecía empeñada en arruinar su cita con los comentarios que iba desvelando luego del terrible lapsus geográfico. Cosas como ” Yo la ESO no la he pisado. A mí no me preguntes” o ” Tenerife no es de España por que queda lejos” terminaron por influir en la decisión final. Sin embargo el último comentario terminaría por espantar al joven.
Carlos le desvelaba a ella que le gustaría vivir en una de las 11 islas principales de España, a lo que ella agregó “¿En La isla de las tentaciones?” El comensal lo tomó como una broma, pero lo cierto es que Inés lo dijo de verdad. Al final no hubo la química suficiente para una segunda oportunidad, y ambos le dijeron adiós a una opción de volver a quedar.