Los dos concursantes han vuelto a protagonizar un apasionante duelo en el programa, aunque no han faltado las críticas habituales
Pese a la emoción que se vive actualmente en Pasapalabra por los duelos entre Javier Dávila y Pablo, siempre hay espacio para la crítica. Los dos concursantes cuentan con un gran apoyo, pero también con muchos detractores. Unos detractores que siempre aparecen en redes sociales.
Lo habitual es leer críticas sobre la dificultad del rosco, pues los fanáticos de Pablo consideran que su prueba final siempre es mucho más difícil. Pero ahora las críticas han ido en otra dirección y han apuntado directamente a la estrategia que ha utilizado Pablo en el último programa.
La ‘mentira’ de Javier Dávila en Pasapalabra
En esta ocasión, Pablo ha conseguido imponerse a Javier Dávila en Pasapalabra con 22 aciertos y ningún fallo. Sin embargo, los espectadores han criticado la estrategia que ha utilizado para intentar forzar el error de Pablo para poder ganar el programa de ayer.
Según indican algunos espectadores, Javier Dávila declaró que sabía o tenía alguna respuesta para las letras que le quedaban por responder. Con esto intentaba desestabilizar a Pablo, de forma que buscaba que su compañero y rival se la jugara para fallar y así poder igualarlo en el marcador.
Críticas a Javier Dávila por su estrategia en Pasapalabra
Finalmente, Pablo no ha respondido a ninguna de las preguntas que le quedaban, pues no se las sabía y tenía la ventaja respecto a su contrincante. De este modo, se ha asegurado la victoria un día más en Pasapalabra y evita de este modo la temida Silla Azul a la que se enfrentará Javier Dávila.
No obstante, debido a que no ha existido promoción de ningún tipo de Pasapalabra, queda bastante claro que ambos concursantes continuarán en el concurso y que ninguno será eliminado. Eso sí, ya hace tiempo que ninguno de los dos concursantes roza el bote.
Pablo pide perdón por su comportamiento
El duelo de Pablo Díaz y Javier Dávila está en curso para convertirse en otro de los legendarios encuentros entre dos pesos pesados de Pasapalabra, por ello las tensiones que se viven allí son bastante justificadas, pero de una u otra forma los participantes deben canalizar sus emociones y no hacer como el violinista, que tuvo que pedir perdón al presentador.
El Bote una vez más quedó a tres palabras que el tinerfeño no pudo descifrar y esto empezaba a generarle bastante molestia. Los presentes en el plató, su contrincante Dávila, y Roberto Leal. Eran testigos de la ira que irradiaba Pablo cada vez que no lograba atinar a las letras y palabras. En un momento se creyó que el concursante sufriría algún colapso nervioso.
Nunca se había visto un comportamiento de Pablo Díaz como el mostrado en la última emisión de Pasapalabra, el tinerfeño pidió perdón
El violinista siempre se ha destacado por ser un concursante de lo más tranquilo, alegre, simpático y en ocasiones muy risueño. Sin embargo desde la llegada de Dávila a Pasapalabra. El tinerfeño perdió el brilló de sus ojos y con ello la tranquilidad. El profesor universitario se ha encargado de hacerle la vida un infierno a Pablo, y lo está logrando.
Fue tanta la tensión acumulada que el chico no pudo aguantar más y explotó de manera parcial. El hecho ocurrió cuando se dio cuenta de que no le salían las palabras, algo que ha evidenciado su enfado a través de expresiones en su rostro. Cada vez era más recurrente sus malas expresiones faciales y su desespero al no poder acertar las palabras.
Pablo Díaz pide perdón a Roberto Leal y a todos tras su enervante y tensionante comportamiento en Pasapalabra
Ante la impotencia de estar tan cerca del bote el cual por cierto acumula una cifra de 1.672.000 de euros. Empezó a ser más visible su enojo, al punto que el presentador se sintió aludido y guardo un silencio sepulcral. Pablo se percató de la situación y exclamó. “No me enfado contigo eh, es conmigo” haciendo referencia a que no era contra el actuar de Roberto Leal.
El presentador se encontraba completamente confundido por lo que quiso llegar al fondo del asunto. Momento en el que el violinista ha razonado: “Esa F, la tengo aquí”, se refería el tinerfeño señalando que sí la sabía, aunque no era capaz de nombrarla. Al respecto, Roberto Leal no pudo hacer otra cosa que utilizar su mejor cualidad, la paciencia, y recordarle el tiempo restante que le quedaba, para bajar un tanto los ánimos.