El programa de Antena 3 recibió una visita que conmovió a los espectadores
El Hormiguero ha vivido uno de los momentos más especiales de su historia el pasado lunes, cuando Pablo Motos recibió una visita especial. Una visita que ha dejado boquiabiertos a los espectadores, pero también al propio presentador. Y es que, como pudimos ver en la noche de ayer, el programa de Antena 3 contó con la visita del grupo activista Pussy Riot, contrario al gobierno de Vladimir Putin.
En esta ocasión, el grupo activista fue representado por Masha Aliójina y Olga Borisova, quienes hablaron sin tapujos sobre la realidad que viven los ciudadanos de Rusia. Pero no solo eso, sino que también sobre las mentiras del Gobierno ruso acerca de la guerra con Ucrania o sobre la persecución a los contrarios a Putin. De hecho, a su llegada el público ni siquiera aplaudió, dándole un recibimiento solemne.
El gesto de Pablo Motos en El Hormiguero
En un determinado momento de la entrevista, Pablo Motos sacó sacó la bandera del colectivo LGTBIQ y les preguntó a sus invitadas por las consecuencias que tendría ese gesto en su país si un presentador hace eso. Según comentaron, la primera decisión sería despedir al presentador y, posiblemente, después iría a la cárcel. Una cárcel que es mucho más severa que la que tenemos en España.
Según asegura, las cárceles son tipo gulag, pues los reclusos son obligados a realizar trabajos forzados como coser los uniformes de la policía y de las fuerzas de seguridad. Pero no solo eso, sino que tampoco tienen retribución alguna por estos trabajos ni tienen acceso a médicos o a comida normal. Pero no ha quedado ahí la cosa, sino que también ha hablado sobre temas muchos más delicados.
Las confesiones sobre la realidad que vive Rusia
Uno de los temas estrella de la noche fue Vladimir Putin. El presidente del Gobierno ruso acaparó gran parte de la atención y las protagonistas aseguraron que si se hace cualquier cosa en su contra, se busca cualquier excusa para llevarte a prisión. Del mismo modo, también aseguró que se utiliza a la iglesia para tapar los crímenes de Putin, quien está mintiendo sobre la guerra con Ucrania.
Como han contado, en Rusia la versión oficial es que están luchando contra los nazis, rememorando la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, dicen que Ucrania es Rusia y que hay que salvarlos de los nazis. Ante esta situación han recomendado dejar de patrocinarle y embargar completamente el gas y el petróleo ruso, pues es la única forma de acabar con esta situación sin una guerra total.