Su apariencia demuestra que no tiene todos esos años que dice, pero su manera de ver la vida lo hace mucho más joven al punto de ser un fiestero más de las nuevas generaciones
A lo largo de los años en First Dates hemos visto comensales que aparentan más edad de la que dicen y en otras ocasiones menos, este es el caso de José María. El abuelo de 91 primaveras afirma que está en perfecto estado de salud, y la verdad es que no cuesta creerlo ya que aparenta muchos años menos.
José María dice que solo toma una medicina para la próstata y de resto solo es fiesta y diversión. De hecho es la segunda vez que viene a First Dates, pues su energía aún es grande para encontrar una mujer con la cual pueda salir, disfrutar, viajar, bailar etc. No obstante, también dice que su vida sexual es más activa que nunca.
Antonia le sigue el rollo a José María en First Dates
Con 91 años de edad, el veterano comensal recibió a Antonia de 80. Desde que la mujer vio por primera vez al conservado hombre, quedó prendada. No podía creer que tuviera toda esa edad, y con cada palabra que salía de la boca de José María, la comensal se iba interesando más y más.
Tan cómoda era la velada que al abuelo no le tembló la voz para hablar de sexo. Y es que este confesó que en verano le gusta andar desnudo por toda la casa. Lejos de apenarse, Antonia también le salió adelante y confesó “Ahora mismo llevo cinco, seis, siete años… sin tener relaciones sexuales, pero si me buscas me encuentras”. Acto seguido dijo que tenía un dormitorio muy especial para hacer el amor.
Para José María, la segunda es la vencida en First Dates
Como ya lo habíamos mencionado, el veterano comensal de 91 años visita el restaurante del amor por segunda ocasión. En la primera no lo dejaron ni probar bocado, ya que lo rechazaron en la barra. Pero en esta oportunidad, las cosas van de maravilla con Antonia a la cual ya invitó a su casa.
“Tengo una casa preciosa, no me falta de nada y lo llevo para adelante todo” dijo José María. En ese momento, la sevillana no quería quedarse atrás y dijo que en su casa tiene “una cama que lo tiene todo. El dormitorio está lleno de espejos y te ves mientras haces el amor”. El hombre le soltó un “Soy una fiera, me gusta todos los días”. Era imposible pensar de que no quisieran una segunda cita.
