Pese a haber tenido relaciones amorosas complicadas, la comensal sigue buscando su media naranja
Segundo día de la semana y con ello más citas en First Dates, en esta ocasión Irene intentó ser muy sincera pero eso le pasó factura al final de la velada. La primera en llegar no fue ella sino su cita Sandra, una auxiliar de enfermería. La chica aclaró que no es lesbiana pero tampoco es hetero. Incluso afirmó “Me podría enamorar de cualquier persona, sea hombre o mujer”.
Sobera le pidió que diera un poco más detalles acerca de su vida amorosa y ella confesó que le cuesta confiar en las personas. La chica afirma que sus relaciones anteriores la han dejado muy mal, pero aún así se aventura a conseguir una persona que la haga feliz para hacer su sueño realidad. “Me gustaría casarme e irme a Cádiz a vivir”.
Y ha llegado Irene a First Dates
Luego de la presentación y las confesiones de Sandra, Irene a arribado al restaurante del amor para saber si es la media naranja de la auxiliar de enfermería. Lo cierto es que físicamente se han gustado y eso ha dado indicios a éxito. . “Soy muy directa y lanzada. La gente se sorprende, para bien” comentó la educadora canina.
Todo iba bien en las conversaciones hasta que tocaron el tema que les compete, el amor. Sandra aseguró que es una persona fiel y que no le gusta compartir su pareja. Irene le hizo la confesión y soltó “Soy poliamorosa”. La reacción de la auxiliar fue cuando a alguien le cae un baldado de agua fría. Incluso en cámaras confesó “Su pensamiento no me gusta ni lo comparto”.
El poliamor no fue la confesión más dura que hizo Irene en First Dates
La cita ya estaba bastante mal a pesar de que hubo una fuerte química al principio. Las visiones de ambas en cuanto al amor iban en contravía y para colmo de males, siguió empeorando gracias a Irene. La educadora canina le hizo otra confesión a Sandra, la cual terminó por romper toda esperanza de éxito en la relación.
“Tengo un sugar daddy. Es de Italia y solo lo veo cuando viene a España. Vive cerca de Venecia”. La gaditana quedó convencida de que Irene no es lo que está buscando, pero al igual podrían ser amigas. Por otro lado, la madrileña aceptó que la visión “limitada” de Sandra no encajaría en su vida y por lo tanto también le dijo no a la auxiliar de enfermería.